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31/10/17

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Güelito Miguel

Ayer ocurrió lo que llevábamos tiempo viendo venir. Tal y como estaba mi abuelo estos últimos días, se trata del único descanso que ha podido hallar tras tanta lucha.
Siempre me sentiré honrado por llevar su nombre. El nombre de un hombre conocido y apreciado por sus muchos amigos, que han llenado ayer y hoy el tanatorio.
Miguel será recordado como una gran persona, "el carnicero de Tanos" que, si veía que alguien pasaba necesidad, le cobraba menos o le echaba más cantidad sin decir nada. Un hombre cargado de paciencia y comprensión que no era muy amigo de enfadarse y prefería saldar las cosas con un "bueno, déjalo". El hombre de los recados que, a través del teléfono de la carnicería, retransmitía avisos varios a sus vecinos.
Para mí, era el abuelo que pasaba por casa y silbaba para que me asomara a saludarle. El que me llevaba a la fábrica de Fito y me enseñaba cómo se hacía el paté de cabracho. El que tantas veces abrió su garaje para que bajara a jugar al balón. El que me enseñó a silbar. Y, sobre todo, el que siempre quiso a sus nietos y al resto de familiares y personas cercanas como al bien más preciado que se puede tener en esta vida.
Aunque ya nos hayas dejado (y espero que descanses allá donde vayas), siempre es buen momento para decir unas palabras que, sin que sepamos muy bien por qué, muchas veces nos cuestan: que te quiero, Güelito.

2 comentarios:

  1. Gran despedida Miguel. Conociéndole le hubieses hecho llorar a moco tendido al igual q hicimos los demás. Tu abuelo también estaba muy orgulloso de ti y te quería a rabiar. Un besazo!!!

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