Hoy paso de introducciones. He aquí una crítica del año pasado.
Lo
primero que tengo que decir es que todo lo que va a salir de mi boca es una
opinión, desde el momento en que lo digo. Desde el momento en el que lo pienso.
Por ello, no me voy a molestar en matizarlo constantemente. Por cierto, por lo
que se ve en los apuntes, los filósofos nunca hacen esto.
La
filosofía no será una ciencia hasta que llegue a una serie de conclusiones sin
dejar ningún cabo suelto por el camino. En la actualidad, todas las teorías que
vemos son inconclusas, contradictorias y asumen circunstancias no basadas en un
razonamiento lógico, muchas veces ni siquiera en el que los mismos filósofos
proponen. La filosofía no es, por tanto, una ciencia, sino un capricho de los
filósofos que se permiten escribir párrafos y párrafos (que está muy bien,
obviamente pueden), pero sin dejar de llegar a hacernos tener que pensar como y
lo que ellos pensaban, tal y como lo hacían, impidiéndonos contemplar todas las
caras del problema si lo que queremos es llegar a su pseudo-solución.
No
tiene nombre que un alumno de Bachiller no pueda pensar por sí mismo de forma
crítica y elaborar sus propias teorías. No tiene nombre que las de un pensador
de hace milenios se consideren más válidas que las propias en base a ningún
criterio (y aquí entramos en el primer error de la filosofía):
Argumentos que podrían
esgrimirse para salvar a los filósofos que vemos:
- · “Son más antiguas”
Enhorabuena. Eso no las hace válidas. La
Verdad no macera con el tiempo, sino con el pensamiento, y, a muchos
pensadores, libros como la Biblia no les permitían comenzar a analizar desde el
principio la Verdad, sino que partían del Dios cristiano para edificar su teoría,
moldeándola para que este ser supremo tuviera cabida en ella, bien por ser muy
creyente, bien por no arriesgarse a la hoguera. No digo que Dios no pueda
existir, pero si se es filósofo se ha de serlo para todo, al igual que una
ecuación no sirve de nada si nos equivocamos en un signo. Es grave que un filósofo
cree su teoría buscando llegar a una conclusión en lugar de teorizar hacia
donde el razonamiento le lleve. Ejemplos: Tomás de Aquino, Aristóteles…
- · “Sabían más de filosofía”
¿De qué sabían más? ¿De aquello en lo que
otros pensadores fallaban antes que ellos? Yo prefiero no saberlo.
- · “La Historia de la Filosofía sirve para ver cómo el pensamiento y la concepción del mundo evolucionaron a lo largo de los siglos”.
En ese caso, se ha de llamar Historia de la Filosofía fallida, en
base a la falta de razón de los intentos de filósofos que se han dado desde
entonces hasta ahora (más tarde desmontaré sus teorías). Es curioso cómo en
Matemáticas no se estudia la Historia de cómo se fueron perfeccionando las
fórmulas hasta ser correctas. Se estudia directamente la buena. Pero por ser
puras letras, la filosofía se permite fallar constantemente. Se cree que los
fallos son menos graves si se dan en las ciencias humanísticas, pero no es así.
De hecho, jugar con las mentes de los alumnos en cuanto a su entendimiento de la
vida, la religión, el universo, etc., es muy grave. Puede que sea pragmático
(no diré “puede que sea demasiado pragmático”
porque para mí el pragmatismo lo es todo), pero es necesario cuidar el
lenguaje, las explicaciones y los razonamientos a niveles muy superiores a los
que se hace. Estamos hablando de definir la vida, de definir la Verdad. Una
sola palabra que se cambie de un discurso filosófico altera por completo su
significado y consecuencias. Quiero pensar que a ello se deben las endémicas y
simplonas contradicciones que parecen relucir en todo apunte de filosofía, lo
cual, por otro lado, no lo justifica. Para debatir sobre filosofía, considero
necesarias varias condiciones:
o
No
utilizar metáforas. Las metáforas son deformaciones de la realidad. No digo que
se haga con ese propósito necesariamente (lo cual diría mucho del rigor del
filósofo), pero, si para describir una realidad se utiliza otra que tiene
ciertos rasgos en común y otros no, ¿cómo puedo saber que va a funcionar con lo
otro? ¿Cómo puedo saber que no lo está haciendo para encubrir su propia
desconfianza en su teoría? Si describes A, no me expliques A’. Por ejemplo,
Platón explica su visión de nuestra falta de conocimiento del mundo de las
Ideas (otra chorrada) a través del mito de la caverna, pero nunca llega a
concretar qué representan la caverna, los hombres, las sombras, el fuego y el
exterior. Sí es cierto que hace una analogía con ciertas cosas, pero si
realmente la caverna y su exterior son la situación en la que vivimos, se ha de
explicar esta misma situación, sin intermediarios. Que Platón no haga esto le
desacredita como filósofo. A él y a todos quienes creen ver en él el acierto.
o
No
asumir que la realidad es relativa. Los filósofos de la Edad Moderna utilizan
el causa-efecto para explicar la realidad, pero no entienden que esto está
directamente relacionado con el hecho de que sólo hay un destino, una verdad y
una situación. Por ejemplo, Tomás de Aquino, en sus (nada rigurosos) artículos
de fe, da cabida a que Dios sea uno y trino. Platón ve un mundo de las Ideas y
otro sensible. Y yo, si me lo permitís, voy a explicar a través de mi idea del
destino por qué no puede haber una realidad relativa, y de paso, por qué no
puede haber una inteligencia suprema, ni superior, ni ordenadora:
§
<<¿Que
la vida es un conjunto de hechos que se pueden cambiar, que puedes manipular el
destino de tu vida? No lo creo. Si pudieras hacerlo, existirían escenarios
alternativos, y no existen. Tendría que existir un universo donde se de cada
una de las opciones por separado, porque no puedes tomar una alternativa si no
existen las soluciones. Y no, no vale tomarla y decir que había otra, porque ya
es parte del pasado. La decisión la tomas en el momento. Y no, no existen varios
mundos. La prueba de ello es que vivimos en el que vivimos, y las
circunstancias son las que son. Si fueran ligeramente diferentes, no tendría
sentido, porque las leyes de la física hacen que las cosas sean EXACTAMENTE,
milimétricamente, como son. Y todo eso actúa de la misma forma sobre el Ser
Humano y cualquier posible ente racional, que no tiene la capacidad de
controlar nada en la cadena de acontecimientos. Un humano no es más que un
conjunto de células que funcionan en base a las leyes de la física, de la
química, etc. No se puede cambiar tu destino ni el de nadie, porque… Insisto,
tu destino no le sabes; porque no existen opciones entre las que escoger
(cuando has tomado una significa que ESA era tu opción, si es que se le puede
llamar opción). “Es que podría haber tomado otra”… pero no la tomaste. ¿Por
qué? Porque solo existía esa. Por lo tanto, yo sí creo en el destino en la
medida en que todo está escrito (aunque no exactamente “escrito” en ningún
lugar, y, de verdad, me cansa utilizar metáforas constantemente), es decir, que
todas las cosas ocurren por otro motivo, y si crees que eres dueño de tu
destino, te equivocas.
El destino
no es algo que te atormente y digas “Oh, no voy a poder evitarlo”… Tú tomas las
decisiones en tu vida porque te parece que las estás tomando, pero en realidad están predestinado a hacer
determinadas cosas en función de las reglas que mueven el mundo. Ahora bien, tú
no te das cuenta ni de lo que te espera, ni de que en realidad tú no estás
tomando ninguna decisión, sino que estás abocado a hacer determinadas cosas en
la vida. No porque nadie te lo imponga sino porque las circunstancias te llevan
a comportarte de una manera. La prueba es que no te comportas de la otra. Por
lo tanto, el destino no es algo que te atormente y no te deje evitar las cosas.
En realidad, siendo prácticos, como tienes la clara sensación (al no poder ver
el Universo desde un plano enorme) de que puedes tomar decisiones, evitar
cosas, etc., no compensa estar todo el rato contemplando la idea del destino. Se
puede entender que alguien considere que es dueño de su destino, pero en tanto
que esto no es más que una sensación que tenemos.>>
Cualquier
autor que no contemple estas palabras está olvidando una parte fundamental, y
errando en su teoría automáticamente.
o
Analizar
al máximo cada palabra que se escribe. Yo, estudiante aún, no tengo esa
responsabilidad. Los filósofos, traductores y profesores sí. Si es que quieren
que aprendamos filosofía, claro.