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26/11/17

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Argumentos contra Hª de la Filosofía

Hoy paso de introducciones. He aquí una crítica del año pasado.

Lo primero que tengo que decir es que todo lo que va a salir de mi boca es una opinión, desde el momento en que lo digo. Desde el momento en el que lo pienso. Por ello, no me voy a molestar en matizarlo constantemente. Por cierto, por lo que se ve en los apuntes, los filósofos nunca hacen esto.
La filosofía no será una ciencia hasta que llegue a una serie de conclusiones sin dejar ningún cabo suelto por el camino. En la actualidad, todas las teorías que vemos son inconclusas, contradictorias y asumen circunstancias no basadas en un razonamiento lógico, muchas veces ni siquiera en el que los mismos filósofos proponen. La filosofía no es, por tanto, una ciencia, sino un capricho de los filósofos que se permiten escribir párrafos y párrafos (que está muy bien, obviamente pueden), pero sin dejar de llegar a hacernos tener que pensar como y lo que ellos pensaban, tal y como lo hacían, impidiéndonos contemplar todas las caras del problema si lo que queremos es llegar a su pseudo-solución.
No tiene nombre que un alumno de Bachiller no pueda pensar por sí mismo de forma crítica y elaborar sus propias teorías. No tiene nombre que las de un pensador de hace milenios se consideren más válidas que las propias en base a ningún criterio (y aquí entramos en el primer error de la filosofía):

Argumentos que podrían esgrimirse para salvar a los filósofos que vemos:
  • ·         “Son más antiguas”

Enhorabuena. Eso no las hace válidas. La Verdad no macera con el tiempo, sino con el pensamiento, y, a muchos pensadores, libros como la Biblia no les permitían comenzar a analizar desde el principio la Verdad, sino que partían del Dios cristiano para edificar su teoría, moldeándola para que este ser supremo tuviera cabida en ella, bien por ser muy creyente, bien por no arriesgarse a la hoguera. No digo que Dios no pueda existir, pero si se es filósofo se ha de serlo para todo, al igual que una ecuación no sirve de nada si nos equivocamos en un signo. Es grave que un filósofo cree su teoría buscando llegar a una conclusión en lugar de teorizar hacia donde el razonamiento le lleve. Ejemplos: Tomás de Aquino, Aristóteles…

  • ·         “Sabían más de filosofía”

¿De qué sabían más? ¿De aquello en lo que otros pensadores fallaban antes que ellos? Yo prefiero no saberlo.

  • ·         “La Historia de la Filosofía sirve para ver cómo el pensamiento y la concepción del mundo evolucionaron a lo largo de los siglos”.

En ese caso, se ha de llamar Historia de la Filosofía fallida, en base a la falta de razón de los intentos de filósofos que se han dado desde entonces hasta ahora (más tarde desmontaré sus teorías). Es curioso cómo en Matemáticas no se estudia la Historia de cómo se fueron perfeccionando las fórmulas hasta ser correctas. Se estudia directamente la buena. Pero por ser puras letras, la filosofía se permite fallar constantemente. Se cree que los fallos son menos graves si se dan en las ciencias humanísticas, pero no es así. De hecho, jugar con las mentes de los alumnos en cuanto a su entendimiento de la vida, la religión, el universo, etc., es muy grave. Puede que sea pragmático (no diré “puede que sea demasiado pragmático” porque para mí el pragmatismo lo es todo), pero es necesario cuidar el lenguaje, las explicaciones y los razonamientos a niveles muy superiores a los que se hace. Estamos hablando de definir la vida, de definir la Verdad. Una sola palabra que se cambie de un discurso filosófico altera por completo su significado y consecuencias. Quiero pensar que a ello se deben las endémicas y simplonas contradicciones que parecen relucir en todo apunte de filosofía, lo cual, por otro lado, no lo justifica. Para debatir sobre filosofía, considero necesarias varias condiciones:

o   No utilizar metáforas. Las metáforas son deformaciones de la realidad. No digo que se haga con ese propósito necesariamente (lo cual diría mucho del rigor del filósofo), pero, si para describir una realidad se utiliza otra que tiene ciertos rasgos en común y otros no, ¿cómo puedo saber que va a funcionar con lo otro? ¿Cómo puedo saber que no lo está haciendo para encubrir su propia desconfianza en su teoría? Si describes A, no me expliques A’. Por ejemplo, Platón explica su visión de nuestra falta de conocimiento del mundo de las Ideas (otra chorrada) a través del mito de la caverna, pero nunca llega a concretar qué representan la caverna, los hombres, las sombras, el fuego y el exterior. Sí es cierto que hace una analogía con ciertas cosas, pero si realmente la caverna y su exterior son la situación en la que vivimos, se ha de explicar esta misma situación, sin intermediarios. Que Platón no haga esto le desacredita como filósofo. A él y a todos quienes creen ver en él el acierto.

o   No asumir que la realidad es relativa. Los filósofos de la Edad Moderna utilizan el causa-efecto para explicar la realidad, pero no entienden que esto está directamente relacionado con el hecho de que sólo hay un destino, una verdad y una situación. Por ejemplo, Tomás de Aquino, en sus (nada rigurosos) artículos de fe, da cabida a que Dios sea uno y trino. Platón ve un mundo de las Ideas y otro sensible. Y yo, si me lo permitís, voy a explicar a través de mi idea del destino por qué no puede haber una realidad relativa, y de paso, por qué no puede haber una inteligencia suprema, ni superior, ni ordenadora:

§  <<¿Que la vida es un conjunto de hechos que se pueden cambiar, que puedes manipular el destino de tu vida? No lo creo. Si pudieras hacerlo, existirían escenarios alternativos, y no existen. Tendría que existir un universo donde se de cada una de las opciones por separado, porque no puedes tomar una alternativa si no existen las soluciones. Y no, no vale tomarla y decir que había otra, porque ya es parte del pasado. La decisión la tomas en el momento. Y no, no existen varios mundos. La prueba de ello es que vivimos en el que vivimos, y las circunstancias son las que son. Si fueran ligeramente diferentes, no tendría sentido, porque las leyes de la física hacen que las cosas sean EXACTAMENTE, milimétricamente, como son. Y todo eso actúa de la misma forma sobre el Ser Humano y cualquier posible ente racional, que no tiene la capacidad de controlar nada en la cadena de acontecimientos. Un humano no es más que un conjunto de células que funcionan en base a las leyes de la física, de la química, etc. No se puede cambiar tu destino ni el de nadie, porque… Insisto, tu destino no le sabes; porque no existen opciones entre las que escoger (cuando has tomado una significa que ESA era tu opción, si es que se le puede llamar opción). “Es que podría haber tomado otra”… pero no la tomaste. ¿Por qué? Porque solo existía esa. Por lo tanto, yo sí creo en el destino en la medida en que todo está escrito (aunque no exactamente “escrito” en ningún lugar, y, de verdad, me cansa utilizar metáforas constantemente), es decir, que todas las cosas ocurren por otro motivo, y si crees que eres dueño de tu destino, te equivocas.
El destino no es algo que te atormente y digas “Oh, no voy a poder evitarlo”… Tú tomas las decisiones en tu vida porque te parece que las estás tomando, pero  en realidad están predestinado a hacer determinadas cosas en función de las reglas que mueven el mundo. Ahora bien, tú no te das cuenta ni de lo que te espera, ni de que en realidad tú no estás tomando ninguna decisión, sino que estás abocado a hacer determinadas cosas en la vida. No porque nadie te lo imponga sino porque las circunstancias te llevan a comportarte de una manera. La prueba es que no te comportas de la otra. Por lo tanto, el destino no es algo que te atormente y no te deje evitar las cosas. En realidad, siendo prácticos, como tienes la clara sensación (al no poder ver el Universo desde un plano enorme) de que puedes tomar decisiones, evitar cosas, etc., no compensa estar todo el rato contemplando la idea del destino. Se puede entender que alguien considere que es dueño de su destino, pero en tanto que esto no es más que una sensación que tenemos.>>

Cualquier autor que no contemple estas palabras está olvidando una parte fundamental, y errando en su teoría automáticamente.


o   Analizar al máximo cada palabra que se escribe. Yo, estudiante aún, no tengo esa responsabilidad. Los filósofos, traductores y profesores sí. Si es que quieren que aprendamos filosofía, claro.