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27/4/19

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Especial 28A

Ya podéis dormir tranquilos.
Nos arriesgamos, en plena jornada de reflexión, a ofreceros una última estimación electoral. Por el periodismo.


26/4/19

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Cambia el cambio

Levántate un domingo de Agosto.

Levántate y dúchate en frío durante sólo 3 minutos, como si la carestía afectara al gas y al agua.

Ponte una mascarilla y échate un par de gotas de colirio, como si te prepararas para un día más de polución.

Sal a la calle con cuatro abrigos, a pleno Sol, como si te enfrentaras a una endémica ola de calor extremo.

Disponte a comprar tu desayuno: nada de fruta, verdura ni café, como si un entorno hostil y desertificado hubiera encarecido su cultivo y precio final hasta convertir su adquisición en un lujo.

En su lugar, compra productos refinados y azucarados, más asequibles y, aunque letales a largo plazo, la única forma de obtener calorías baratas. Y no gastes más de 2€, como si el último bajón de la economía te hubiera arrastrado a ti también.

Ve a una fuente pública y llena una botella de 1 litro para todo el día, como si no pudieras disponer de más sin arriesgarte a una multa.

Asegúrate de que la botella sea de pesado vidrio, como si la epidemia de plásticos en la cadena trófica humana hubiera obligado a prohibirlo mal y tarde.

Vuelve a casa sin quitarte los abrigos ni la mascarilla. Cierra por la tarde las llaves de paso y los contadores, como si el Gobierno lo hiciera por decreto para ahorrar recursos.

Pasa el día como puedas, con estas reglas... como si ya viviéramos en el futuro que nos depara el cambio climático antropogénico.

Y dime después si no merece la pena luchar contra él.

15/4/19

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El velo de la realidad

¿Vivimos en un engaño? ¿Pueden ser las palabras defensa y verdugo a la vez? ¿Son los antisistema parte del sistema? ¿Somos realmente críticos si nos inducen a serlo de la manera en que algunos quieren? ¿Estamos polarizados como fruto del azar? ¿Vamos a menos en libertad de expresión?

Veamos una discusión que toca todos estos palos, al respecto de una serie de críticas al feminismo que realicé hace unos días en redes (si bien el tema será la excusa para entrar en aguas mucho más profundas a lo largo del texto). En azul, mis palabras (primero, lo que publiqué junto con las fotos; después, lo que respondía a mi interlocutor). En marrón, las del otro chico. Este blog se define como daltonicofóbico antes de que alguien venga y lo haga.

1:


2:

Estamos creando una lógica perversa, ampliando y diluyendo el concepto de “violencia de género” sin atender a más criterio que la popularidad que produzcan las propuestas de los políticos del momento. Ahora este sistema, que mata moscas a cañonazos, se ha vuelto en contra, incluso, de aquellos a los que vemos claramente inocentes. Ahora no nos sorprendamos.
No es una excepción colateral que debamos justificar y/o ignorar. Es el resultado automático, y visible debido a la popularidad de este hombre, de introducir el género como criterio determinante de tu culpabilidad en lugar de estudiar las circunstancias del hecho.
Lo siento: lo de primar la sensibilidad por encima de la lógica no funciona, y espero que lo empecemos a ver.
Es cierto, como bien dice el PSOE, un bloque está metiendo miedo sobre el otro de cara a las elecciones del 28ª. Pero…
¿Quién sobre quién? ¿Quién miente, en realidad, más? ¿Quién lleva las peores propuestas? ¿Quién asusta?
Los dos. Y es que cada uno tiene motivos para ello. La izquierda está creando un monstruo con todo esto y ya no saben cómo quitárselo de encima.
“Divide y vencerás, dice el dicho. Nosotros no hemos vencido en nada, pero los diputados siguen con su escaño y su sueldo. Aunque esto suponga tener una legislación de mierda y gente defendiéndola por buenismo y falta de pensamiento crítico.
¿Alguna vez te has abstenido de rechazar unas ideas preponderantes en cualquier entorno por evitar la presión social? Partiendo de que estoy seguro de que ganará el “sí”, sólo falta darse cuenta de una cosa: la tremenda hipocresía que supone el hecho de que la ideología preponderante en este momento se camufle de progreso, libertad y desarrollo humano, cuando, en la realidad, la gente no es ni siquiera capaz de dar rienda suelta a sus legítimas disidencias respecto a ello porque te linchan y tildan de cosas que no eres. Hay miedo a pensar… no vaya a ser que lleguemos a conclusiones que no molan. Y esto, por supuesto, pasa en el feminismo como en todo. Ya está bien de canonizarlo.
Pero claro, si te apropias de la definición de “igualdad”, “progreso”, “libertad”, etc., para definir tu ideología, ya puede ser todo lo contrario a eso que estás a salvo. Cualquiera que disienta de eso será, por tanto, alguien en contra de la igualdad, el progreso y la libertad.
Pues mira, debe ser que estoy en contra. ¿Seré el único? [32 personas votan “Y yo”].

[Al día siguiente:]


Fuente: https://elpais.com/ccaa/2019/04/10/catalunya/1554930415_262671.html

Vaya, qué curioso cómo empieza a encajar todo con lo que dije ayer, ¿no? Pues esto es el principio.
[Un chico me responde de forma privada a estas opiniones]
Muy bien dicho, triste que lo que más ganas de decirte tenga sea “qué valiente”.
Esto no se va a resolver en unos cuantos años. Se les ha ido de las manos esta forma de controlar a la población, pero retirarse ahora del “feminismo” les quitaría votos. Y los políticos que se manifiestan en contra son, igualmente, demasiado ineptos para resolver esto de manera racional.
Es que hay cosas ahora mismo que parecen hasta burla. Pero lo que dices, bajar ahora del carro…
Me puedo equivocar, pero yo creo que esto se va a solucionar cuando deje de ser uno de los principales asuntos. Que ya te digo, va a tardar muchísimo, porque es un discurso que está hecho para convencer al 51% de la población. ¿Cómo combates eso? No es por hacer una comparación con los nazis, pero la haré en tanto a una característica concreta que tienen en común. Los nazis extendieron ideas perjudiciales para la sociedad, pero sólo decían favorecer con ellas a un grupo muy pequeño (hombres arios, entre otras condiciones), pero es que, aquí, están convenciendo al 51% de la población y luchar contra eso es mucho más difícil.
Pero lo que te digo: esto se solucionará cuando haya una prioridad mayor en pos de la cual esta se vaya abandonando, a medida que la gente que está en contra y no se atreve a manifestarse por cobardía, simplemente, no lo recuerde. Así, poco a poco, se va superando. Vamos, cuando haya otra crisis económica, yo creo. No es que apetezca ahora, pero podría solucionar varias cosas.
Al final, todo parece un negocio.
Lo es.
Viva el cinismo, la mejor actitud ante la vida.
Eso es, esa actitud encaja en todo.
Es un tema que se ha ido de las manos. Parece que si no lo apoyas a muerte y más que el de al lado estás en contra.
Pero si basta un simple ejercicio de lógica para darse cuenta de que es mil veces más probable que lo esté rebatiendo porque pienso que hay que combatirlo de otra manera o porque tengo desacuerdos que porque forme parte de una conspiración que quiera que siga esa violencia. ¡Es que es lo menos intuitivo que se puede pensar! Pero a veces, oye, las ideologías hacen que la sociedad entera vaya en contra de la lógica.
Lo menos intuitivo, pero lo más conveniente.
En su pensamiento están instalados los roles de “buenos y malos”, como en los cuentos infantiles. Ya hemos aprendido que eso no es así, ¿por qué lo olvidamos? ¡Que las cosas son mucho más complejas!
Bueno… ya sé por qué lo olvidamos. Hay mucha gente que sabe perfectamente cómo manipular a las masas. El comportamiento del ser humano, social e individualmente, lleva muchos siglos siendo objeto de estudio, lo que hace que sea muy sencillo manipularlo ahora. No digo que lo haga una élite que se reúna en secreto, pero desde luego aquí se ha decidido que la forma más práctica de manejar una sociedad es que esta sea lo más simple posible, creando división interna. Así, estarán tan ocupados entre ellos que tú podrás hacer lo que quieras mientras se pelean.
Eso es, eso es. La sobresimplificación está bien para manipular. Si no eres una persona crítica, ¿vas a creer al que te dice algo raro que no entiendes del todo o al que señala y dice “esos son los malos”?
Yo cada día pienso más eso. Esto no es casualidad. No es el comportamiento azaroso del ser humano el que nos ha llevado a tener esta sociedad, sino que, por supuesto, hay intereses no defendidos por los poderes ejercidos en las urnas. No van a dejar a la sociedad a su libre albedrío, sino que sea lo más manejable posible.
Al igual que los “buenos” creen haber descubierto América al decir que EEUU financia grupos terroristas en Oriente para poder crear un problema en Occidente que le permita, después, reforzar la seguridad, la vigilancia del individuo y la supresión de libertades.
Seguramente sí, pero ¿no se te ha ocurrido pensar que estén haciendo lo mismo con los grupos que te influencian a ti? ¿No se te ha ocurrido pensar que las personas más antisistema están perfectamente contempladas por el sistema, que controla su existencia, para que creamos que estamos haciendo algo libre?
Esta lucha no se libra colectivamente. Colectivamente es muy fácil manipularnos. Se libra individualmente: cada uno tiene que pensar y no buscar la aprobación de los demás en las conclusiones a las que llegue. Tiene que pensar porque, de momento, no nos pueden leer la mente (aunque ya hay tecnologías en desarrollo en este sentido). Ahora mismo, uno sigue siendo libre para reflexionar y llegar a conclusiones. Aunque no debemos olvidar que lo tiene que hacer con la información (y/o desinformación) de la que dispone. Pero algo tenemos.
Cuando esto sea así, el comportamiento individual de cada ser humano hará que tengamos una sociedad un poco más libre. Pero no sé si esto va a ser así algún día.
Hay mucha gente que, sea por vagancia, capacidad o nivel intelectual, no piensa por sí misma.
En serio, a mí me hace mucha gracia la gente que cree que es antisistema, que está incomodándolo, cuando la existencia de estos grupos en los que se desarrollan estas personas está perfectamente controlada por el sistema, seguramente financiada en su justa medida… vamos, que no están haciendo realmente nada. Lo revolucionario es pensar por ti mismo. ¿Qué pasa? Que no llama tanto la atención.
Para mí el máximo ejemplo es cómo el 8 de marzo, todo el mundo se manifestaba en contra del sistema “patriarcal y capitalista” de la manita de todo el sistema: partidos políticos, sindicatos…
Ojo, que este sistema tampoco hay por qué destruirlo. ¿Cuándo voy a vivir yo? ¿70, 80 años? ¿Me va a dar tiempo a mí a cambiar el sistema o está ya tan perfeccionado que es imposible destruirlo? Yo tiraría por lo segundo. Voy a intentar no ser mala persona en mi entorno y disfrutar de la injusta vida que tenemos y no podemos cambiar. Una vez aceptado eso, vamos a ser felices.
Pero para mí, una parte de la felicidad radica en expresar a los demás todo aquello en lo que creo que nos estamos equivocando como sociedad y, por lo menos, decirlo. Al menos mientras se pueda.
Lo que pasa es que, si uno se apropia de la definición de “ideología antifascista”, por ejemplo, aunque se comporte como tal, dices “¿cómo va a ser fascista si se llama al contrario?”. Si uno se apropia del pacifismo y su movimiento genera violencia, dices “pero ¿cómo va a ser esto violencia, si se llaman pacíficos?”. Es este juego de palabras que también describe G. Orwell en “1984”.
Sí, es muy 1984 que el sistema contemple e integre cualquier enemistad, e incluso la fomente.
En él, describe cómo una sociedad tiránica y distópica funciona perfectamente con tres ministerios. Por ejemplo, el dedicado a los asuntos de guerra se llama “Ministerio de la paz”; el dedicado a que la población tenga los recursos básicos para sobrevivir sin desarrollarse como personas se llama “Ministerio de la abundancia”. Así dispuestos, no puedes estar en contra, pues ya se llaman como aquello que te gustaría. Puede que Orwell, al escribir 1984, adelantara el camino a las élites. Les dio un manual de instrucciones.
Precisamente, el feminismo, que, a efectos prácticos, está empezando a perfilar unas diferencias entre géneros bastante curiosas, resulta definirse, genéricamente, como la búsqueda de una igualdad entre hombres y mujeres. Pues exactamente lo mismo. ¿Se podrá frenar esto? Tal y como estamos jugando con el significado de las palabras, significando la igualdad “desigualdad”, ni siquiera una interpretación del Tribunal Constitucional del artículo 14 (“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”) podría detener leyes descabelladas que creen desigualdad jurídica entre nosotros en función de criterios varios, como ya está ocurriendo, pues lo que está escrito ya no se interpretaría de la manera en que fue concebido, sino de una forma totalmente traspuesta.
Claro, es el peligro de cambiar las palabras, que luego para el gran público el significado cambia. Habrá algunas élites culturales, económicas, políticas (vete tú a saber), que controlen este tipo de manipulación, pero estando abajo no puedes hacer más que tragar. O te elevas por encima (dinero) o pasas de ello.
Definitivamente, en el tiempo que vas a vivir, tras más cuenta ser egoísta y hacer más o menos lo que puedas/quieras con lo que hay.
Sí. Ser feliz tú y hacer feliz a tu entorno en la medida de lo posible. Sé que suena poco ambicioso, pero ¿alguna vez ha podido el individuo hacer algo más que eso? Me parece que no.
El problema está cuando ves que la gente de tu entorno no se ha dado cuenta de estas cosas. A lo mejor está sonando soberbio y resulta que parte de esta gente está en un nivel de conocimiento mayor, resultando que estamos equivocados, pero a mí me da mucha rabia ver que mis amigos, y sobre todo mis amigas, no han caído en estas reflexiones. Y claro, no les puedo convencer uno a uno. Es como que considero que tengo que sacarles de lo que yo considero un engaño para poder llevarme con ellos de forma honesta. Pero claro, son muchísimos pensamientos que no todo el mundo está dispuesto a escuchar porque ya tienen los suyos, entre otros motivos.
Una de mis estrategias (que nunca haré, pero bueno), sería la de ser un político normal, muy mainstream, muy tranquilito, que ascienda poco a poco, y entonces, tener poder de difusión para un día subir al Congreso de los Diputados y concentrar todo esto en un discurso, decir “mira, era todo mentira, yo no soy ni de este partido, me da igual todo, sólo quería ascender y decir hoy a todo España que”… y a continuación estas cosas. En ese momento no lo podría evitar nadie. Bueno, al haberlo grabado ahora en un audio [y ahora transcrito], a lo mejor ya estoy vendido, pero bueno.
Sí, sí, entiendo lo que dices. Yo ya paso de sacar a nadie del engaño.
Todo está muy polarizado. Ahora mismo, el único que se opone a algunas de estas cosas en el panorama político español es Vox. Y con un discurso que tampoco es sincero. Es muy adulterado: busca promover exactamente lo contrario, pero no de una manera crítica, sino con el mismo atropello. Si te opones a un grupo, te tiran al otro. Y como el otro también es malo, no se le escucha. Entonces, es casi imposible sacar a alguien del bucle. El diálogo se imposibilita.
Es que yo no puedo pasar. Supongo que dependerá de la personalidad. Está el chiste que dice 
«
”Lo mejor es pasar de discutir y dar la razón a los tontos que te lo discuten todo”
“¡No estoy de acuerdo!”
“Vale, tienes razón”
»
Bueno, pues yo no puedo hacer esto. No soy capaz de hacerlo. Me pone muy nervioso dejar suelta por el mundo a una persona a la que no intentado explicar mi punto de vista. No quiero que me dé la razón sí o sí, pero al creer que yo tengo razón (aclaración importante: uno, cuando piensa algo, es porque cree que tiene razón al pensarlo, esto no tiene ningún misterio. Claro que estoy dispuesto a cambiar de opinión, pero, de facto, lo que pienso ahora lo pienso por algo), pienso “pues puede que esta otra persona nunca haya escuchado los argumentos por los que yo opino lo que opino”. Si le dejo trotando por el mundo sin haberlo intentado, siento que no he hecho mi parte.
Oye, ¿ya pensabas así antes de hablar conmigo?
Eso es. Tienes una forma bonita de pensar.
Y sí, siempre he sido muy crítico. No en el sentido de buscar al fallo a algo porque no sea lo que pienso yo, sino que creo que la base para estar seguro de algo es empezar a cuestionarte todo a ti mismo, y de ahí hacia afuera.
Lo único que ver a alguien con un modus operandi similar (no estoy de acuerdo contigo en todo, como es obvio), que se atreve a poner las cosas en tela de juicio, anima y motiva.
Sí, sí. El buen crítico no lo es por desacreditar todo. No es su culpa tener que desacreditar todo lo que piensa la sociedad. Lo que hace un crítico es asegurarse de que todo lo que piensa lo piensa por algo, y que todo va a poder defenderlo con argumentos. Simplificando y generalizando, ¿qué culpa tenemos de que casi todo lo que piensa la sociedad no se puede defender con argumentos sólidos?
Pero claro, al resultar que ocurre con casi todo, la gente puede pensar que un crítico es una persona molesta que se dedica a ir en contra de la sociedad. Pues no, yo solo intento encontrar qué tiene sentido y qué no, qué sigue la lógica y qué no. Y si casi todo aquello por lo que nos guiamos en la sociedad no lo sigue, lo tendré que decir con casi todo. Ojalá no fuera así: diría encantado “en esto vamos bien y en esto otro también”.
Hay una letra de una canción (“Antípodas”, de Javier Krahe) que describe bastante bien todo esto. Esta es una de sus partes:
“Los eclesiásticos desde sus púlpitos
causan catástrofes, y los omnímodos
poderes fácticos hazañas bélicas
y actos vandálicos los energúmenos,
y los pacíficos, actos inútiles.
Entre los lúcidos cunde el desánimo”

Creo que el poder no está en la política. Google manipula noticias y la gente lo ve. Facebook también. Instagram también. Esto tiene mil veces más impacto que la política.
Y ahora los algoritmos de las redes sociales nos proponen contenido similar al que seguimos, de manera que acabamos en una burbuja, y todos creemos que nuestra burbuja es la buena. Esto los que lo saben. Los que desconocen el algoritmo, creen que el mundo es así y esto es mucho peor.
Pero en todos los aspectos. Ahora estamos hablando de ideologías, política y tal, y ahí está bastante claro que el poder está en la información. Pero no sólo ocurre con eso. En mi carrera, ingeniería aeroespacial, estamos viendo motores de avión. Hay dos empresas en el mundo que saben cómo se hace la parte más interna, donde hay más temperatura. Y es que es un secreto que saben cuatro gatos dentro de la empresa. Cuesta millones de millones de dólares saber eso. Al final la información es poder, aunque en este caso no sea saber sino saber hacer. Si tú conoces un secreto, tienes poder sobre el que no lo conoce.
Totalmente de acuerdo. La verdad es que, hasta ahora, no había reflexionado mucho sobre esto fuera de las ideologías, que nos tienen tan entretenidos… no te voy a decir que yo no sea, también, manipulable, y acabe hablando y pensando sobre los temas que se ponen sobre la mesa.
Claro, ser manipulable es intrínseco al ser humano. Más fácil o más difícil, en cuanto tienes capacidad de pensar, tienes capacidad de ser manipulado, que al final es que te introduzcan un pensamiento en la mente.
Por otra parte, me parece increíble que tan pocas personas en el mundo que sepan eso de los motores. Será legal, pero ¿hasta qué punto es legítimo? Pero bueno, ¿qué es la legitimidad? Me salen quinientas preguntas por cada pregunta anterior. Pero vamos, sólo dos empresas que lo sepan… Menos mal que las fórmulas matemáticas no se pueden patentar, porque ya es lo que nos faltaba.
Si yo te respondo ahora sin pensar, te digo “Claro que es legítimo, ese tío lo ha descubierto y se lo queda para él”, pero si lo comparas con los masones… sus maestros canteros sabían cómo tallar y hacer iglesias que no se cayeran, y así se forraban. Después, llegó el dibujo técnico y a partir de él estos conocimientos se volvieron accesibles para quien lo pudiera estudiar y la arquitectura se desarrolló muchísimo. Con esto podría pasar lo mismo, pero ¿cómo le dices a ese tío que te diga su secreto? “Investiga”, te dirá.
Es muy complicado sobrellevar las cosas una vez entiendes el sistema desde este punto de vista desde el que estamos hablando. Todo parece falso. Ves a la gente a la que quieres ajena a eso y te da pena, pero también piensas “más felices ellos” (al menos en ese sentido, pues todo el mundo tiene sus preocupaciones). ¿Cómo haces luego tu vida normal? Yo siento que estoy fingiéndola. Es como “sí, todo bien, pero sé lo que está pasando”.
Lo que pienso es que esto no es una conspiración tal cual, sino que la sociedad nos ha hecho llegar hasta este punto. Todo esto ocurre porque los humanos somos así. A ellos les ha tocado estar arriba y a mí abajo, oye. Y, sobre todo, juzgar moralmente estas cosas es muy poco riguroso, porque yo seguramente haría lo mismo de haberme tocado estar arriba: perpetrar mi función y rol.
Una cosa, ¿te importaría que transcribiera esta conversación y la publicara?
No, pero siendo yo anónimo. Que nunca se sabe quién lee y con quién vas a tener que tratar en un futuro (hipócrita pero eficiente).
Ya. Yo me pregunto si debería hacer lo mismo, pero es que callarme no es lo mío.
Al final, por lo mismo que hemos estado hablando antes, yo creo que de dar tu nombre a no hacerlo cambia poco la cosa. Si eres el líder de algo, vale; pero en estas cosas, no creo que merezca la pena dar tu nombre. Cuenta lo que se dice. Y si alguien quiere saber quién lo ha dicho, lo van a saber.
Pues entonces no entiendo tu argumento de no decir tu nombre. No entiendo cómo encaja con esto de que da igual darlo. Yo miro poco si da igual o no. La satisfacción que me produce dar mi opinión en mi nombre supera a todo lo demás.
Si lo miras en función de tus gustos personales… Yo lo decía en un sentido práctico. A mí me gusta que si estoy en un entorno que tengo controlado, mis palabras se escuchen y se sepa que son mías, pero en el momento de lanzar mis palabras fuera, me preocupa que puedan ser tergiversadas. Prefiero que si hay unas palabras y son tergiversadas, que no se sepa que son mías, porque al final sólo yo sé lo que he querido decir.
Si vas a liderar un movimiento, obviamente tienes que dar la cara, pero si vas a dejar un comentario o publicar en un blog pequeño, no eres un líder, sino un participante que aporta, dar tu nombre no va a afectar a la difusión del mensaje.
Sí, ahora tiene sentido. Es que antes entendí que no dabas tu nombre porque no querías crearte problemas porque no querías crearte problemas con las personas que no estuvieran de acuerdo contigo. Pero claro, si es por miedo a que te tergiversen… eso sí que me preocupa a mí. Pero, por eso, cada vez que escribo algo, lo hago soltando una chapa impresionante para dejar todo bien explicado, sin dejar lugar a la duda. A mí me parece que si alguien tergiversa tus palabras cuando lo que has hecho un discurso larguísimo, sólo puede haber sido porque no lo ha leído entero, porque no dejas lugar al no entendimiento. Y entonces le puedes acusar de no haber considerado todos tus argumentos.
Conozco a un chaval que es compositor y tiene una página de Facebook medio personal, medio profesional. Y hablando con él alguna vez le comentaba por qué decide abstenerse de opinar en esta. Su explicación fue “a lo mejor el próximo ayuntamiento es de otro partido y no me hace encargos si me he manifestado previamente en contra de tal partido”. Yo no sé cómo se lleva eso con ser honesto con tu opinión. No entiendo hasta qué punto es compatible. No estás mintiendo, pero tampoco diciendo lo que piensas. Si te preguntan, ¿qué haces? O dices una verdad o una mentira.
No te preocupes, que si un día me meto en política y alguien se pone a rebuscar mi pasado para encontrar una opinión que ya no tuviera en ese momento, diría “¿Acaso alguien no ha cambiado de opinión alguna vez en su vida? Tal cosa sería sintomática de tener un problema intelectual. Eso está ahí escrito porque es lo que pensaba y no tengo miedo de exponerlo.” De hecho, ya en mi blog, hay cosas de 2015, 2016 con las que ni yo mismo estoy ya de acuerdo, pero no las he borrado, porque todos tenemos derecho a cambiar de opinión. Y yo creo que si fuera capaz de convertir mi discurso de autodefensa en un discurso a favor de que todos podamos cambiar de opinión y no ser juzgados por ello, saldría hasta ganando. Y si salgo perdiendo, pues lo siento.
Bueno, todos sabemos cómo funciona la opinión pública. Y respecto a lo que dice ese chico que mencionas, yo pienso como él. Y luego, si asumes que la vida es demasiado corta y te toca vivir lo que te echen, pues escurres el bulto, ni mientes ni dejas de mentir, pasas de largo (mientes un poquito). Prefiero que se me considere neutral. De hecho, yo mismo me considero neutral, cojo lo que me gusta de cada lado.
Lo tuyo es demasiado largo de explicar en una situación como la que describía el chico este. Así pues, lo más eficiente es escurrir el bulto.
Mientras admitas que es “mentir un poquito”, como has hecho, perfecto. Pero es que algunos lo niegan.
Me parece algo personal.
Lo es.

En fin, esto es todo. Espero vuestras opiniones. Anónimas, si os parece.

5/4/19

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Progresismo conservador

"¿Acaso no es ser progresista, en un entorno mayoritariamente identificado como tal, ser conservador?"

Esta frase fue la que solté en redes hace un par de días. Recibí diversas reacciones: había quien pedía que me explayara en el significado de lo que quería decir, quien dijo que estaba mezclando churras con merinas y quien lo consideró formalmente incorrecto. Al fin, me decidí a vencer la pereza y explicarlo. Ya me diréis si estáis de acuerdo, y/o si habéis encontrado ejemplos de esto.

Si estás en un entorno en el que la mayoría de gente que te rodea tiene unas ideas definidas políticamente como "progresistas", el hecho de que esa palabra tenga como antónimo "conservador" no es eximente de que si tú acabas siendo progresista en parte por convención (porque tu entorno también lo es), y por seguir con lo que es actual, estás tomando una decisión conservadora.
En cambio, si tuvieras otra ideología política, entre las cuales está la "conservadora" propiamente dicha, estarías tomando una opción de cambio, es decir, progresista, en cierto sentido.

Tendemos a pensar que una vuelta a un pensamiento antiguo (o el abandono de un pensamiento moderno) es necesariamente conservadora, pero olvidamos que, en tanto es un cambio respecto a la situación actual, se trata de un cierto progreso. Y al mismo tiempo, a veces consideramos subversivas algunas cosas que están más bien ancladas, simplemente porque asociamos el elemento de subversión a lo que es y no a la condición de que una de sus características sea la de contrastar con el pensamiento del momento.
Mi objetivo con la oración inicial no es decir qué está bien y qué mal, sino llamar la atención sobre la necesidad de revisar estos conceptos.

"Pero sería un cambio en contra de la tendencia, no de la ideología, ¿no?"
Sí, pero es que la ideología se llama así porque propone un cambio en contra de la tendencia. No deberían ser conceptos tan separados, y si lo están es porque se ha perdido la esencia de lo que significaba la palabra genuinamente. Luego podríamos establecer el hecho de que ser progresista acabe siendo una opción conservadora bajo estos parámetros como un indicador de que el progresismo ha perdido su carácter, su propósito original.

Si estás de acuerdo en la lógica del primer marco teórico que he planteado, sólo queda ir buscando ejemplos de que esto ocurre (o, al menos, de que es factible que ocurra), de cómo el "progresismo" se acomoda en el día a día.
Lo que pasa es que es tan difícil aportar suficientes ejemplos para que sea creíble que prefiero decirte que me creas si te digo que he llegado a esta conclusión muchas veces de las que he dado vueltas a la cabeza. Es el típico caso en el que explicarías que crees algo "porque sí", debido a que tus argumentos se basan en la experiencia, en pequeñas observaciones cotidianas, tantas que no es posible irlo anotando y explicarlo de acuerdo a tu forma de entenderlo en cada caso individual. Simplemente, ¿por qué me lo iba a estar inventando? ¿Crees que si no tuviera ejemplos de ello estaría aquí escribiendo todo este marco teórico para sostener la teoría (valga la redundancia)?

Pero bueno, sin ánimo de entrar en ejemplos concretos, porque al discutir sobre ellos se perdería el foco del asunto, veo una sobredimensión del tamaño de problemas sociales más propios del pasado (y por tanto una proposición de soluciones ineficaces), una reconversión cutre de la teoría de clases en una remasterización basada en las diferencias de género, huelgas en las que los políticos van de la manita de los ciudadanos (¿contra quién son, pues?), y, especialmente, en la forma en que se corrompen el lenguaje y la semántica en política.

Para mí, el máximo paradigma es la ironía de una frase como "larga vida a la revolución".

P.D.: tal como está configurado el blog, debería poner una foto para ilustrar esta entrada, de modo que en la miniatura de la portada del blog aparezca una pequeña foto ilustrando el comienzo del texto. Como no tengo nada que añadir, y no sé qué poner, os dejo con esta foto de una chica con cabeza de caballo en un balcón.