¿Vivimos en un engaño? ¿Pueden ser las palabras defensa y verdugo a la vez? ¿Son los antisistema parte del sistema? ¿Somos realmente críticos si nos inducen a serlo de la manera en que algunos quieren? ¿Estamos polarizados como fruto del azar? ¿Vamos a menos en libertad de expresión?
Veamos una discusión que toca todos estos palos, al respecto de una serie de críticas al feminismo que realicé hace unos días en redes (si bien el tema será la excusa para entrar en aguas mucho más profundas a lo largo del texto). En azul, mis palabras (primero, lo que publiqué junto con las fotos; después, lo que respondía a mi interlocutor). En marrón, las del otro chico. Este blog se define como daltonicofóbico antes de que alguien venga y lo haga.
1:
2:
Estamos creando una lógica
perversa, ampliando y diluyendo el concepto de “violencia de género” sin
atender a más criterio que la popularidad que produzcan las propuestas de los
políticos del momento. Ahora este sistema, que mata moscas a cañonazos, se ha
vuelto en contra, incluso, de aquellos a los que vemos claramente inocentes.
Ahora no nos sorprendamos.
No es una excepción colateral
que debamos justificar y/o ignorar. Es el resultado automático, y visible
debido a la popularidad de este hombre, de introducir el género como criterio
determinante de tu culpabilidad en lugar de estudiar las circunstancias del
hecho.
Lo siento: lo de primar la
sensibilidad por encima de la lógica no funciona, y espero que lo empecemos a
ver.
Es cierto, como bien dice el
PSOE, un bloque está metiendo miedo sobre el otro de cara a las elecciones del
28ª. Pero…
¿Quién sobre quién? ¿Quién
miente, en realidad, más? ¿Quién lleva las peores propuestas? ¿Quién asusta?
…
Los dos. Y es que cada uno tiene
motivos para ello. La izquierda está creando un monstruo con todo esto y ya no
saben cómo quitárselo de encima.
“Divide y vencerás, dice el
dicho. Nosotros no hemos vencido en nada, pero los diputados siguen con su
escaño y su sueldo. Aunque esto suponga tener una legislación de mierda y gente
defendiéndola por buenismo y falta de pensamiento crítico.
¿Alguna vez te has abstenido de
rechazar unas ideas preponderantes en cualquier entorno por evitar la presión
social? Partiendo de que estoy seguro de que ganará el “sí”, sólo falta darse
cuenta de una cosa: la tremenda hipocresía que supone el hecho de que la
ideología preponderante en este momento se camufle de progreso, libertad y
desarrollo humano, cuando, en la realidad, la gente no es ni siquiera capaz de
dar rienda suelta a sus legítimas disidencias respecto a ello porque te linchan
y tildan de cosas que no eres. Hay miedo a pensar… no vaya a ser que lleguemos
a conclusiones que no molan. Y esto, por supuesto, pasa en el feminismo como en
todo. Ya está bien de canonizarlo.
Pero claro, si te apropias de la
definición de “igualdad”, “progreso”, “libertad”, etc., para definir tu
ideología, ya puede ser todo lo contrario a eso que estás a salvo. Cualquiera
que disienta de eso será, por tanto, alguien en contra de la igualdad, el
progreso y la libertad.
Pues mira, debe ser que estoy en
contra. ¿Seré el único? [32 personas votan “Y yo”].
[Al día siguiente:]
Fuente: https://elpais.com/ccaa/2019/04/10/catalunya/1554930415_262671.html
Vaya, qué curioso cómo empieza a
encajar todo con lo que dije ayer, ¿no? Pues esto es el principio.
[Un chico me responde de forma privada a estas opiniones]
Muy bien dicho, triste que lo que más ganas de decirte
tenga sea “qué valiente”.
Esto no se va a resolver en unos
cuantos años. Se les ha ido de las manos esta forma de controlar a la
población, pero retirarse ahora del “feminismo” les quitaría votos. Y los
políticos que se manifiestan en contra son, igualmente, demasiado ineptos para
resolver esto de manera racional.
Es que hay cosas ahora mismo que parecen hasta burla. Pero
lo que dices, bajar ahora del carro…
Me puedo equivocar, pero yo creo
que esto se va a solucionar cuando deje de ser uno de los principales asuntos.
Que ya te digo, va a tardar muchísimo, porque es un discurso que está hecho
para convencer al 51% de la población. ¿Cómo combates eso? No es por hacer una
comparación con los nazis, pero la haré en tanto a una característica concreta que tienen en común. Los nazis extendieron ideas perjudiciales para la sociedad, pero sólo decían favorecer con ellas a un grupo muy pequeño (hombres
arios, entre otras condiciones), pero es que, aquí, están convenciendo al 51%
de la población y luchar contra eso es mucho más difícil.
Pero lo que te digo: esto se
solucionará cuando haya una prioridad mayor en pos de la cual esta se vaya
abandonando, a medida que la gente que está en contra y no se atreve a
manifestarse por cobardía, simplemente, no lo recuerde. Así, poco a poco, se va
superando. Vamos, cuando haya otra crisis económica, yo creo. No es que apetezca
ahora, pero podría solucionar varias cosas.
Al final, todo parece un negocio.
Lo es.
Viva el cinismo, la
mejor actitud ante la vida.
Eso es, esa actitud encaja en todo.
Es un tema que se ha ido de las manos. Parece que si no lo apoyas a
muerte y más que el de al lado estás en contra.
Pero si basta un simple
ejercicio de lógica para darse cuenta de que es mil veces más probable que lo
esté rebatiendo porque pienso que hay que combatirlo de otra manera o porque
tengo desacuerdos que porque forme parte de una conspiración que quiera que
siga esa violencia. ¡Es que es lo menos intuitivo que se puede pensar! Pero a
veces, oye, las ideologías hacen que la sociedad entera vaya en contra de la
lógica.
Lo menos intuitivo, pero lo más conveniente.
En su pensamiento están
instalados los roles de “buenos y malos”, como en los cuentos infantiles. Ya
hemos aprendido que eso no es así, ¿por qué lo olvidamos? ¡Que las cosas son
mucho más complejas!
Bueno… ya sé por qué lo
olvidamos. Hay mucha gente que sabe perfectamente cómo manipular a las masas.
El comportamiento del ser humano, social e individualmente, lleva muchos siglos
siendo objeto de estudio, lo que hace que sea muy sencillo manipularlo ahora.
No digo que lo haga una élite que se reúna en secreto, pero desde luego aquí se
ha decidido que la forma más práctica de manejar una sociedad es que esta sea
lo más simple posible, creando división interna. Así, estarán tan ocupados
entre ellos que tú podrás hacer lo que quieras mientras se pelean.
Eso es, eso es. La sobresimplificación está bien para manipular. Si
no eres una persona crítica, ¿vas a creer al que te dice algo raro que no
entiendes del todo o al que señala y dice “esos son los malos”?
Yo cada día pienso más eso. Esto
no es casualidad. No es el comportamiento azaroso del ser humano el que nos ha
llevado a tener esta sociedad, sino que, por supuesto, hay intereses no defendidos
por los poderes ejercidos en las urnas. No van a dejar a la sociedad a su libre
albedrío, sino que sea lo más manejable posible.
Al igual que los “buenos” creen
haber descubierto América al decir que EEUU financia grupos terroristas en
Oriente para poder crear un problema en Occidente que le permita, después, reforzar
la seguridad, la vigilancia del individuo y la supresión de libertades.
Seguramente sí, pero ¿no se te
ha ocurrido pensar que estén haciendo lo mismo con los grupos que te
influencian a ti? ¿No se te ha ocurrido pensar que las personas más antisistema
están perfectamente contempladas por el sistema, que controla su existencia,
para que creamos que estamos haciendo algo libre?
Esta lucha no se libra
colectivamente. Colectivamente es muy fácil manipularnos. Se libra
individualmente: cada uno tiene que pensar y no buscar la aprobación de los
demás en las conclusiones a las que llegue. Tiene que pensar porque, de
momento, no nos pueden leer la mente (aunque ya hay tecnologías en desarrollo
en este sentido). Ahora mismo, uno sigue siendo libre para reflexionar y llegar
a conclusiones. Aunque no debemos olvidar que lo tiene que hacer con la
información (y/o desinformación) de la que dispone. Pero algo tenemos.
Cuando esto sea así, el
comportamiento individual de cada ser humano hará que tengamos una sociedad un
poco más libre. Pero no sé si esto va a ser así algún día.
Hay mucha gente que, sea por vagancia, capacidad o nivel
intelectual, no piensa por sí misma.
En serio, a mí me hace mucha
gracia la gente que cree que es antisistema, que está incomodándolo, cuando la
existencia de estos grupos en los que se desarrollan estas personas está
perfectamente controlada por el sistema, seguramente financiada en su justa
medida… vamos, que no están haciendo realmente nada. Lo revolucionario es
pensar por ti mismo. ¿Qué pasa? Que no llama tanto la atención.
Para mí el máximo ejemplo es
cómo el 8 de marzo, todo el mundo se manifestaba en contra del sistema “patriarcal
y capitalista” de la manita de todo el sistema: partidos políticos, sindicatos…
Ojo, que este sistema tampoco
hay por qué destruirlo. ¿Cuándo voy a vivir yo? ¿70, 80 años? ¿Me va a dar tiempo
a mí a cambiar el sistema o está ya tan perfeccionado que es imposible
destruirlo? Yo tiraría por lo segundo. Voy a intentar no ser mala persona en mi
entorno y disfrutar de la injusta vida que tenemos y no podemos cambiar. Una
vez aceptado eso, vamos a ser felices.
Pero para mí, una parte de la
felicidad radica en expresar a los demás todo aquello en lo que creo que nos
estamos equivocando como sociedad y, por lo menos, decirlo. Al menos mientras
se pueda.
Lo que pasa es que, si uno se
apropia de la definición de “ideología antifascista”, por ejemplo, aunque se
comporte como tal, dices “¿cómo va a ser fascista si se llama al contrario?”.
Si uno se apropia del pacifismo y su movimiento genera violencia, dices “pero ¿cómo
va a ser esto violencia, si se llaman pacíficos?”. Es este juego de palabras
que también describe G. Orwell en “1984”.
Sí, es muy 1984 que el
sistema contemple e integre cualquier enemistad, e incluso la fomente.
En él, describe cómo una
sociedad tiránica y distópica funciona perfectamente con tres ministerios. Por
ejemplo, el dedicado a los asuntos de guerra se llama “Ministerio de la paz”;
el dedicado a que la población tenga los recursos básicos para sobrevivir sin
desarrollarse como personas se llama “Ministerio de la abundancia”. Así
dispuestos, no puedes estar en contra, pues ya se llaman como aquello que te
gustaría. Puede que Orwell, al escribir 1984,
adelantara el camino a las élites. Les dio un manual de instrucciones.
Precisamente, el feminismo, que,
a efectos prácticos, está empezando a perfilar unas diferencias entre géneros bastante
curiosas, resulta definirse, genéricamente, como la búsqueda de una igualdad
entre hombres y mujeres. Pues exactamente lo mismo. ¿Se podrá frenar esto? Tal
y como estamos jugando con el significado de las palabras, significando la
igualdad “desigualdad”, ni siquiera una interpretación del Tribunal
Constitucional del artículo 14 (“Los españoles son iguales ante la ley, sin que
pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,
religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”)
podría detener leyes descabelladas que creen desigualdad jurídica entre
nosotros en función de criterios varios, como ya está ocurriendo, pues lo que
está escrito ya no se interpretaría de la manera en que fue concebido, sino de
una forma totalmente traspuesta.
Claro, es el peligro de cambiar las palabras, que luego para el
gran público el significado cambia. Habrá algunas élites culturales,
económicas, políticas (vete tú a saber), que controlen este tipo de
manipulación, pero estando abajo no puedes hacer más que tragar. O te elevas
por encima (dinero) o pasas de ello.
Definitivamente, en el tiempo que vas a vivir, tras más cuenta ser
egoísta y hacer más o menos lo que puedas/quieras con lo que hay.
Sí. Ser feliz tú y hacer feliz a
tu entorno en la medida de lo posible. Sé que suena poco ambicioso, pero ¿alguna
vez ha podido el individuo hacer algo más que eso? Me parece que no.
El problema está cuando ves que la
gente de tu entorno no se ha dado cuenta de estas cosas. A lo mejor está
sonando soberbio y resulta que parte de esta gente está en un nivel de
conocimiento mayor, resultando que estamos equivocados, pero a mí me da mucha
rabia ver que mis amigos, y sobre todo mis amigas, no han caído en estas
reflexiones. Y claro, no les puedo convencer uno a uno. Es como que considero
que tengo que sacarles de lo que yo considero un engaño para poder llevarme con
ellos de forma honesta. Pero claro, son muchísimos pensamientos que no todo el
mundo está dispuesto a escuchar porque ya tienen los suyos, entre otros
motivos.
Una de mis estrategias (que
nunca haré, pero bueno), sería la de ser un político normal, muy mainstream, muy tranquilito, que
ascienda poco a poco, y entonces, tener poder de difusión para un día subir al
Congreso de los Diputados y concentrar todo esto en un discurso, decir “mira,
era todo mentira, yo no soy ni de este partido, me da igual todo, sólo quería
ascender y decir hoy a todo España que”… y a continuación estas cosas. En ese
momento no lo podría evitar nadie. Bueno, al haberlo grabado ahora en un audio [y
ahora transcrito], a lo mejor ya estoy vendido,
pero bueno.
Sí, sí, entiendo lo que dices. Yo ya paso de sacar a nadie del
engaño.
Todo está muy polarizado. Ahora mismo, el único que se opone a
algunas de estas cosas en el panorama político español es Vox. Y con un
discurso que tampoco es sincero. Es muy adulterado: busca promover exactamente
lo contrario, pero no de una manera crítica, sino con el mismo atropello. Si te
opones a un grupo, te tiran al otro. Y como el otro también es malo, no se le
escucha. Entonces, es casi imposible sacar a alguien del bucle. El diálogo se
imposibilita.
Es que yo no puedo pasar.
Supongo que dependerá de la personalidad. Está el chiste que dice
«
”Lo mejor es pasar de discutir y
dar la razón a los tontos que te lo discuten todo”
“¡No estoy de acuerdo!”
“Vale, tienes razón”
»
Bueno, pues yo no puedo hacer
esto. No soy capaz de hacerlo. Me pone muy nervioso dejar suelta por el mundo a
una persona a la que no intentado explicar mi punto de vista. No quiero que me
dé la razón sí o sí, pero al creer que yo tengo razón (aclaración importante:
uno, cuando piensa algo, es porque cree que tiene razón al pensarlo, esto no
tiene ningún misterio. Claro que estoy dispuesto a cambiar de opinión, pero, de
facto, lo que pienso ahora lo pienso por algo), pienso “pues puede que esta
otra persona nunca haya escuchado los argumentos por los que yo opino lo que
opino”. Si le dejo trotando por el mundo sin haberlo intentado, siento que no
he hecho mi parte.
Oye, ¿ya pensabas así antes de
hablar conmigo?
Eso es. Tienes una forma bonita de pensar.
Y sí, siempre he sido muy crítico. No en el sentido de buscar al
fallo a algo porque no sea lo que pienso yo, sino que creo que la base para
estar seguro de algo es empezar a cuestionarte todo a ti mismo, y de ahí hacia
afuera.
Lo único que ver a alguien con un modus operandi similar (no estoy de acuerdo contigo en todo, como
es obvio), que se atreve a poner las cosas en tela de juicio, anima y motiva.
Sí, sí. El buen crítico no lo es
por desacreditar todo. No es su culpa tener que desacreditar todo lo que piensa
la sociedad. Lo que hace un crítico es asegurarse de que todo lo que piensa lo
piensa por algo, y que todo va a poder defenderlo con argumentos. Simplificando
y generalizando, ¿qué culpa tenemos de que casi todo lo que piensa la sociedad
no se puede defender con argumentos sólidos?
Pero claro, al resultar que
ocurre con casi todo, la gente puede pensar que un crítico es una persona
molesta que se dedica a ir en contra de la sociedad. Pues no, yo solo intento
encontrar qué tiene sentido y qué no, qué sigue la lógica y qué no. Y si casi
todo aquello por lo que nos guiamos en la sociedad no lo sigue, lo tendré que
decir con casi todo. Ojalá no fuera así: diría encantado “en esto vamos bien y
en esto otro también”.
Hay una letra de una canción (“Antípodas”,
de Javier Krahe) que describe bastante bien todo esto. Esta es una de sus
partes:
“Los eclesiásticos desde sus púlpitos
causan catástrofes, y los omnímodos
poderes fácticos hazañas bélicas
y actos vandálicos los energúmenos,
y los pacíficos, actos inútiles.
Entre los lúcidos cunde el desánimo”
Creo que el poder no está
en la política. Google manipula noticias y la gente lo ve. Facebook también.
Instagram también. Esto tiene mil veces más impacto que la política.
Y
ahora los algoritmos de las redes sociales nos proponen contenido similar al
que seguimos, de manera que acabamos en una burbuja, y todos creemos que
nuestra burbuja es la buena. Esto los que lo saben. Los que desconocen el
algoritmo, creen que el mundo es así y esto es mucho peor.
Pero en todos los aspectos.
Ahora estamos hablando de ideologías, política y tal, y ahí está bastante claro
que el poder está en la información. Pero no sólo ocurre con eso. En mi
carrera, ingeniería aeroespacial, estamos viendo motores de avión. Hay dos
empresas en el mundo que saben cómo se hace la parte más interna, donde hay más
temperatura. Y es que es un secreto que saben cuatro gatos dentro de la
empresa. Cuesta millones de millones de dólares saber eso. Al final la
información es poder, aunque en este caso no sea saber sino saber hacer.
Si tú conoces un secreto, tienes poder sobre el que no lo conoce.
Totalmente
de acuerdo. La verdad es que, hasta ahora, no había reflexionado mucho sobre
esto fuera de las ideologías, que nos tienen tan entretenidos… no te voy a
decir que yo no sea, también, manipulable, y acabe hablando y pensando sobre
los temas que se ponen sobre la mesa.
Claro, ser manipulable es
intrínseco al ser humano. Más fácil o más difícil, en cuanto tienes capacidad
de pensar, tienes capacidad de ser manipulado, que al final es que te
introduzcan un pensamiento en la mente.
Por
otra parte, me parece increíble que tan pocas personas en el mundo que sepan
eso de los motores. Será legal, pero ¿hasta qué punto es legítimo? Pero bueno, ¿qué
es la legitimidad? Me salen quinientas preguntas por cada pregunta anterior.
Pero vamos, sólo dos empresas que lo sepan… Menos mal que las fórmulas
matemáticas no se pueden patentar, porque ya es lo que nos faltaba.
Si yo te respondo ahora sin
pensar, te digo “Claro que es legítimo, ese tío lo ha descubierto y se lo queda
para él”, pero si lo comparas con los masones… sus maestros canteros sabían
cómo tallar y hacer iglesias que no se cayeran, y así se forraban. Después,
llegó el dibujo técnico y a partir de él estos conocimientos se volvieron
accesibles para quien lo pudiera estudiar y la arquitectura se desarrolló
muchísimo. Con esto podría pasar lo mismo, pero ¿cómo le dices a ese tío que te
diga su secreto? “Investiga”, te dirá.
Es
muy complicado sobrellevar las cosas una vez entiendes el sistema desde este
punto de vista desde el que estamos hablando. Todo parece falso. Ves a la gente
a la que quieres ajena a eso y te da pena, pero también piensas “más felices
ellos” (al menos en ese sentido, pues todo el mundo tiene sus preocupaciones).
¿Cómo haces luego tu vida normal? Yo siento que estoy fingiéndola. Es como “sí,
todo bien, pero sé lo que está pasando”.
Lo
que pienso es que esto no es una conspiración tal cual, sino que la sociedad
nos ha hecho llegar hasta este punto. Todo esto ocurre porque los humanos somos
así. A ellos les ha tocado estar arriba y a mí abajo, oye. Y, sobre todo,
juzgar moralmente estas cosas es muy poco riguroso, porque yo seguramente haría
lo mismo de haberme tocado estar arriba: perpetrar mi función y rol.
Una
cosa, ¿te importaría que transcribiera esta conversación y la publicara?
No, pero siendo yo anónimo.
Que nunca se sabe quién lee y con quién vas a tener que tratar en un futuro (hipócrita
pero eficiente).
Ya.
Yo me pregunto si debería hacer lo mismo, pero es que callarme no es lo mío.
Al final, por lo mismo que
hemos estado hablando antes, yo creo que de dar tu nombre a no hacerlo cambia
poco la cosa. Si eres el líder de algo, vale; pero en estas cosas, no creo que
merezca la pena dar tu nombre. Cuenta lo que se dice. Y si alguien quiere saber
quién lo ha dicho, lo van a saber.
Pues
entonces no entiendo tu argumento de no decir tu nombre. No entiendo cómo
encaja con esto de que da igual darlo. Yo miro poco si da igual o no. La
satisfacción que me produce dar mi opinión en mi nombre supera a todo lo demás.
Si lo miras en función de
tus gustos personales… Yo lo decía en un sentido práctico. A mí me gusta que si
estoy en un entorno que tengo controlado, mis palabras se escuchen y se sepa
que son mías, pero en el momento de lanzar mis palabras fuera, me preocupa que
puedan ser tergiversadas. Prefiero que si hay unas palabras y son
tergiversadas, que no se sepa que son mías, porque al final sólo yo sé lo que
he querido decir.
Si vas a liderar un
movimiento, obviamente tienes que dar la cara, pero si vas a dejar un
comentario o publicar en un blog pequeño, no eres un líder, sino un participante
que aporta, dar tu nombre no va a afectar a la difusión del mensaje.
Sí,
ahora tiene sentido. Es que antes entendí que no dabas tu nombre porque no
querías crearte problemas porque no querías crearte problemas con las personas
que no estuvieran de acuerdo contigo. Pero claro, si es por miedo a que te
tergiversen… eso sí que me preocupa a mí. Pero, por eso, cada vez que escribo
algo, lo hago soltando una chapa impresionante para dejar todo bien explicado,
sin dejar lugar a la duda. A mí me parece que si alguien tergiversa tus palabras
cuando lo que has hecho un discurso larguísimo, sólo puede haber sido porque no
lo ha leído entero, porque no dejas lugar al no entendimiento. Y entonces le
puedes acusar de no haber considerado todos tus argumentos.
Conozco
a un chaval que es compositor y tiene una página de Facebook medio personal,
medio profesional. Y hablando con él alguna vez le comentaba por qué decide
abstenerse de opinar en esta. Su explicación fue “a lo mejor el próximo
ayuntamiento es de otro partido y no me hace encargos si me he manifestado previamente
en contra de tal partido”. Yo no sé cómo se lleva eso con ser honesto con tu
opinión. No entiendo hasta qué punto es compatible. No estás mintiendo, pero
tampoco diciendo lo que piensas. Si te preguntan, ¿qué haces? O dices una
verdad o una mentira.
No te
preocupes, que si un día me meto en política y alguien se pone a rebuscar mi
pasado para encontrar una opinión que ya no tuviera en ese momento, diría “¿Acaso
alguien no ha cambiado de opinión alguna vez en su vida? Tal cosa sería
sintomática de tener un problema intelectual. Eso está ahí escrito porque es lo
que pensaba y no tengo miedo de exponerlo.” De hecho, ya en mi blog, hay cosas
de 2015, 2016 con las que ni yo mismo estoy ya de acuerdo, pero no las he
borrado, porque todos tenemos derecho a cambiar de opinión. Y yo creo que si
fuera capaz de convertir mi discurso de autodefensa en un discurso a favor de
que todos podamos cambiar de opinión y no ser juzgados por ello, saldría hasta ganando.
Y si salgo perdiendo, pues lo siento.
Bueno, todos sabemos cómo
funciona la opinión pública. Y respecto a lo que dice ese chico que mencionas,
yo pienso como él. Y luego, si asumes que la vida es demasiado corta y te toca
vivir lo que te echen, pues escurres el bulto, ni mientes ni dejas de mentir,
pasas de largo (mientes un poquito). Prefiero que se me considere neutral. De
hecho, yo mismo me considero neutral, cojo lo que me gusta de cada lado.
Lo tuyo es demasiado largo
de explicar en una situación como la que describía el chico este. Así pues, lo
más eficiente es escurrir el bulto.
Mientras
admitas que es “mentir un poquito”, como has hecho, perfecto. Pero es que algunos
lo niegan.
Me parece algo personal.
Lo
es.
En fin, esto es todo. Espero vuestras opiniones. Anónimas, si os parece.