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4/12/18

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Disonancia en clase

9:00. Suena el despertador y el primer mazazo del día llega al recordar que es Martes. Que me despierto para nada. Perezosamente, me levanto, ducho y desayuno para dirigirme, a través del tortuoso camino del otoño ovetense, al conservatorio. Allí me espera hoy una asignatura perteneciente al bloque del 40% de materias en las que pierdo en valioso recurso del tiempo.

"Percepción musical y entrenamiento auditivo" tiene como objetivo desarrollar el oído musical de los alumnos. Parte de ejercicios básicos, como dictados, intervalos y acordes que debemos escuchar en el piano y trasladar al papel.
Nada de esto sería un problema si no estuviéramos utilizando libros de unos 10 cursos atrás, aunque (bien es cierto), sorprendentemente, aún son capaces de causar dificultades a parte de la clase, que mezcla 5as justas con 6as mayores, 3as menores con 8as justas, blancas con negras y, en definitiva, churras con merinas y viceversa.

No tengo ningún problema con que se ayude al alumnado. Se repiten sencilleces hasta la saciedad y no se abandona un ejercicio hasta que el chaval lo desentraña. El problema llega cuando tienes en la clase a un alumno que tarda un minuto en hacer los ejercicios comunes y pasa quince viendo cómo el resto lo resuelve. Esto lleva ocurriéndome desde el pasado curso, con la misma profesora, y convierte las clases en una suerte de agonía en la que me veo obligado a perder hora y media a la semana -6 al mes, 18 al trimestre- poniendo buena cara y fingiendo que los ejercicios me presentan dificultad porque la guía docente estipula categóricamente que me han de costar.
Si no, ¿por qué en 1º hube de perder nota final por faltar a tres míseras clases? ¡Por favor! Es tan necesaria mi asistencia que ni por dos catarros y la muerte de un familiar estoy excusado. Del mismo modo, el otro día me llevé una bronca por sacar el móvil en clase. Estaba en uno de esos momentos de abstracción posterior a la finalización del ejercicio y, mientras esperaba a su resolución a lo largo del siguiente eón, me apeteció leer las noticias. Por algún motivo, terminé pidiendo perdón.

Me es absolutamente indiferente quedar como un soberbio. Tengo muy claro que oír bien no tiene mérito y oír mal no es culpa de nadie.
Pero han convertido el don de un oído casi absoluto en una condena, y lo han hecho en un conservatorio superior. No tienen ningún problema en ayudar a los alumnos con dificultades, pero compran el silencio y paciencia de los alumnos SIN dificultades a través de apartados llamados "actitud" y "asistencia". Total, sólo soy uno y me tienen a raya. En clase, solamente exploto por dentro.

¿Queréis la prueba de todo? Creedme o no, hoy mismo, Martes, he escrito este texto en ratos muertos de esta clase, en la que hemos hecho dictados melódicos por un valor total de 24 notas y escuchado 30 intervalos armónicos, a un nivel de Enseñanzas Elementales. Todos estaban bien, y a continuación adjunto la demostración.

¿¿¿¿¿¿Me puedo ir ya, por favor??????

P.D.: Me sobran 10 minutos. Voy a tener que aprender a hacer sudokus.

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