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13/12/15

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Oh, roja Navidad...


Hace unos días llegó una carta a nuestro buzón familiar, ante lo cual nuestro organismo se preparó nuevamente para afrontar una factura o cualquier otro tipo de sablazo por vivir. Porque ya se ha perdido la hermosa costumbre de redactarse cartas entre amigos, conocidos y familiares, relegando el papel de los sobres (sin chistes, por favor) a las demandas de nuestros amigos los bancos, las conocidas facturas de agua, gas y luz que hacen que odiemos los números y demás familiares "sorpresas" que incluso han perdido ya su capacidad de sorprender.
Pues bien, entre todo este caos, abrimos con expectación la susodicha y comprobamos que el Señor Pedro Sánchez asomaba su cabecita por debajo del remitente del sobre. Cada vez más miedosos, seguimos tirando del papel, y nuestras sospechas se confirmaron al ver lo que era: una propaganda electoral. ¡En forma de carta personal!
Al fin, decidimos leerla: al fin y al cabo hay que honrar que esté haciendo un esfuerzo. El Amazonas, digo, dando sus materias primas para todo el papel que el PSOE ha gastado en enviar una carta a cada español.
Y cuando llegó mi turno, con la vista ya enfocada en la celulosa, me esperaba leer un texto al estilo del Padrino: "tengo una oferta que no podrá rechazar". Eso es lo que esperaba, pero, sorprendentemente, me encontré con el guión de los Reyes Magos, ese que cada año repiten en los balcones de los Ayuntamientos para despedir la cabalgata. "¡Hemos venido de muy lejos para traeros los mejores presentes!"
¿No me creéis? Pues vamos con el experimento.

El siguiente texto no es más que el de la carta electoral, cambiando algunas palabras clave por aquellas que más repiten S.M. los Reyes Magos en plena campaña de regalos.


"Hola, Marta niños de España:

 Sí, esto es una carta de un político rey mago. Y sí, es para pedirte que me votes te portes bien.  Dejémonos de rodeos. Hablemos con claridad.

 Es probable que tú, o alguno de tus amigos compañeros del cole, hayáis visto denegada una beca un  juguete. Es probable que estés en el paro sin paga, que te machaques en un trabajo temporal a hacer  los deberes y de mala calidad encima de mate o estés haciendo la maleta para buscar las  oportunidades Nintendos que te  mereces y que en tu país casa te niegan.

 Entiendo los motivos para el cabreo. Entiendo las razones para no confiar en la política los RR.  Magos. Algunos políticos papás están interesados en que  te resignes, en que pienses que no hay  solución a tus problemas, en que pases de todo y no deposites tu voto en la urna no esperes regalos  bajo el árbol.

 Pero no todos los políticos reyes somos iguales malos. Yo quiero que las cosas cambien quedar con  Papá Noel y que juntos construyamos un futuro de oportunidades un montón de regalos.

 Un futuro de incentivos montón de regalos a empresas niños para contratación de alegrar a jóvenes  como tú, de posibilidades para que crees tu propia empresa casa de legos, de impulso de programas  de formación Bob Esponja, de ayuda al estudio aumentando las becas quitando los deberes y bajando  las tasas las cifras de las divisiones. de apuesta por el I+D+i los videojuegos y por la  cooperación Mario Bros, sobre todo. Tu apoyo copita de licor bajo el árbol es fundamental para  construir una sociedad más justa torre de regalos. Y de ti depende que a partir del 20 de diciembre de  Navidad podamos hacerla realidad.

 Tenemos Tenéis una oportunidad real de poner fin al pasado oscuro de Rajoy a los calcetines y abrir  un nuevo tiempo en este país regalo de verdad. Y el día 21 7 será muy tarde para arrepentirse.

 Por eso te pido que lo pienses duermas profundamente. Te pido que, ahora que está en tu mano, te  sumes a la ola de cambio tomes una tila que muchos de nosotros y nosotras queremos crear tus  padres te quieren dar.

 Te pido que el día de las elecciones generales la noche de Navidad apoyes con tu voto al PSOE tu  cabeza en la almohada. Apoyes un nuevo futuro Y tendrás nuevos regalos para ti."

Cualquier parodia al PSOE o incómoda metáfora al cambiar el tema de la carta es pura coincidencia...
caricatura de los reyes magos

10/12/15

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Apología del yo

Sí, soy Miguel Pérez García. No te si te caigo bien o no. No se si te gusto o no. Pero soy una persona muy orgullosa de sí misma, y a mí mismo me encomiendo mi vida. No dejo ni dejaré que decidan por mí a no ser que esto sea una decisión mía antes.

Y claro que me quiero. Me quiero mucho, y me encargo yo mismo (y como para mí, yo tengo autoridad, lo cumplo) la labor de cuidarme como me parezca, de caminar por las sendas de la vida, cada vez más estrechas, que me gusten. Si me pones palos en las ruedas, seguiré mi ruta andando. A no ser que no me apetezca, en cuyo caso me tumbaré plácidamente en el suelo. Porque sólo trabajo para mí.

Y es que hay que quererse a uno mismo antes que al resto, por mucho que que seamos seres sociales dependientes de la solidaridad y el trabajo en equipo para seguir adelante. Hay que buscar la comodidad. Hay que buscar el ahorro. Y cuando a ti te sobre en todos los ámbitos de la vida, ya decidirás si dar un hueco a los demás.

Voy a vivir conmigo mismo durante décadas (o eso espero) y nunca, nunca estaré en otro cuerpo. No sé qué había antes ni qué había después. ¿Te parecen pocos motivos para protegerme?
Para los quisquillosos, no es arrogancia. No busco que todos me adoren, porque mi deseo es ganármelo.

Sólo quiero quererme cada día un poco más, y en este texto quería convencerte de que tu autoestima es el arma más poderosa, de que no hay que buscar motivos para el buen humor, sino que este es un derecho que debes garantizarte, de que el respeto empieza por ti y a ti, y de que no hay otro mundo que puedas defender sino tu mundo interior. ¡No pierdas el tiempo!

O sí, si es que quieres.


1/11/15

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¿Y si...? (Imaginemos)

¿Y si no hubiera puertas? ¿Cómo sería el mundo? El otro día lo andaba pensando. Y es que estos rectangulares muros de madera son, en realidad, crueles herramientas de selección. Sin tener que hablar, una puerta cerrada le indica a un mendigo que la joyería está cerrada para él, le indica a mi madre que no entre mientras escribo en el blog y advierte al estudiante de que llega demasiado tarde a clase. Pienso en la ausencia de puertas e imagino un mundo con casas de entrada perenne, a vecinos compartiendo el azúcar y el aceite sin tener que negociar. Y, aunque pueda sorprender, habría cero robos y asaltos a la propiedad privada, pues todo estaría en equilibrio. y si no fuera así, la selección natural haría su trabajo borrando del mapa a quien se malaprovechara del libre flujo de las cosas. Sería un mundo de humanos, con todas las letras, donde la generosidad, la humildad, la igualdad y amistad se verían forzadas a existir.





¿Y si el tiempo fuera infinito? Sería maravilloso disponer de todas las horas necesarias para caminar lentamente a clase, disfrutando del paseo, del tránsito en su plenitud y de los rayos del Sol acariciando la piel de un servidor. Y si se pusiera a llover, solo habría que volver a casa y coger un paraguas para después retomar la ruta. Sin prisa. Cambiemos de situación: has reñido con un amigo y ahora estás de capa caída... Pero no hay de qué preocuparse, pues ya habrá tiempo para que se le pase. Incluso podrías hacerle un monumento de mármol en su honor para pedir sus disculpas. Al fin y al cabo, el tiempo abunda, y esa es tu única limitación para aprender a cincelar un bloque de piedra.
Sería maravilloso tener tiempo para procastinar, aburrirte de procastinar, trabajar, aburrirte de trabajar y procastinar. ¡Seríamos taaaan productivos!



En definitiva: ¿y si tuviéramos un mundo de días infinitos y nulas puertas? ¿Se te ocurren más situaciones que hicieran que este mundo fuera completamente diferente?

26/9/15

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Al final no era el coche del pueblo

Se esconde tras un mar de bártulos. Enormes calculadoras le amparan. Un bote repleto de bolígrafos escuda al susodicho. Debajo de esto, hojas, sobres, cartas y planos, gráficas y textos, casi el Amazonas entero está allí sobre su gran mesa de cristal.

Y en los folios, números. Muchos números que cuanto más grandes, mejor lucen. Cada uno es el resultado de un auténtico arsenal de operaciones de todo tipo.
Subiendo la vista, una pantalla de ordenador emite su luz taciturna sobre el entorno. Y en los píxeles, más cifras, a cada cual más grande y compleja.

Unos anchos anteojos presencian todo este espectáculo. y tras ellos, lo que parece ser una... especie de humano. Se le ve mayor e infeliz. Pero una gran satisfacción le provoca un incontrolable rictus de sonrisa macabra cada vez que un gráfico sube. Sus ojos irritados se achinan con alegría cada vez que las sumas no le caben dentro de la pantalla de su calculadora.


Definitivamente, es un hombre de negocios. Un empresario o inversor de bolsa, o algo así. Quizás ni él sepa lo que es, ni en qué momento se convirtió en eso. Pero ahora ha perdido los sentidos (tanto como el sentido) y la humanidad. Es un utensilio más en su despacho.
Lo único que le diferencia de sus aparatos es su sed de dinero. Y no sólo ahí dentro se cuecen sus negocios, pues cuando se asoma al ventanal vigila a sus empleados, que bajo presión, trabajan para él. Porque desde luego para ellos no. Ellos (¡pobres seres sin voluntad ni conciencia!), cobrarán mucho menos que el gran jefe.
"Para comer y hacer caca les sobrará con 500€" murmura desde su despacho el jerarca.

Pues el dinero es, en realidad, absurdo. Y más cuando se juega con él en las bolsas, cuando su valor fluctúa por unas desafortunadas palabras (como dicen ellos), cuando nada escrito ni dicho tiene valor en una empresa. La economía es coger un país y jugar con él. A menor escala, juegas con tu empresa. Y no me sorprende que, a pesar del gran número de fórmulas inventadas para medir indicadores sociales, económicos y tecnológicos, mis ojos aún no hayan visto una sola ecuación que se preocupe por el nivel de vida de los trabajadores, por su satisfacción o estrés laboral.

Esta gente solo tiene vista para sus números y hará lo que sea necesario para que las cuentas encajen.
Por mucho que deba mentir.
Por mucho que tenga que agujerear la capa de ozono.
Por mucho que tenga que saltarse la ley falseando sus cuentas y sus productos.
Por mucho que tenga que tratar a sus empleados como ganado. Si se muere un chon (como aquí en Cantabria llamamos a los cerdos), se repone el chon, si enferma un chon, nada de permitir que se lleve mi dinero sin estar produciendo. Y en el fondo no tienen la culpa de haber perdido la empatía.
Al fin y al cabo, con un trabajador no puedes comprar un chalet ni un bonito Rólex.
Ni un Volkswagen.


Y es que los venerados alemanes también mienten, y no es tanto lo que diferencia las estereotipadas (y con bastante acierto por parte de los estereotipos) empresas españolas y esta nefasta empresa alemana, siempre disfrazada, como tantas cosas en ese país, de austeridad y seriedad.

Martin Winterkorn, ex presidente de Volkswagen, se va a casa con una pensión de 28, 6 millones. Mientras la economía siga planteada así, saltarse la ley es lo más rentable que un empresario puede hacer.
Firma para evitar este tipo de disparates clicando aquí.

8/9/15

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Aparente Inocencia aparenta inocencia



Todo el mundo ha caído alguna vez en la reflexión sobre el sentido del lenguaje, y de las palabras. Un ejemplo de esto es la llamada saciedad semántica.
Hagamos un experimento: coge una palabra cualquiera y repítela en alto. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela. Repítela.
¿No es absurdo el sonido que produce leer "Repítela"? ¿Qué significa en realidad? Nada. Al final, es una sucesión de sonidos y golpes de voz que ligamos con un concepto. Pero cuando hemos repetido este palabra hasta la saciedad, se desprende del significado y no sabemos ni de qué estamos hablando.

Pues bien, resulta que intentando escribir un trabalenguas ingenioso, he inventado un experimento que se centra en lo mal planteado que está el lenguaje. Comencemos por un texto tal que así:

"Esta muchacha, que creo que se llama Inocencia, es una falsa e intenta parecer inocente, o eso impresión me da. La hemos investigado pero los psicólogos (supuestos expertos) no dicen que la tal Inocencia esté fingiendo inocencia"
"Sí que lo dicen. Los expertos dicen de todo corazón que es inconsciente que la supuesta Inocencia parezca ser tan ingenua sin darse cuenta"
"Vale. Pero yo te digo una cosa. Aunque la tal Inocencia parezca ser ingenua a primera vista, todo es fingido en los actos de esta que se hacía llamar... ¿Cómo era? ¡Ah! ¡Inocencia!"

Primero lee el texto de arriba con tranquilidad hasta que lo entiendas, ya que aunque es algo enrevesado, aún tiene sentido. Ahora prescindamos de coletillas y frases sin contenido principal.

"Esta supuesta Inocencia parece que quiere parecer inocente. Los aparentes científicos  no dicen que Inocencia esté fingiendo inocencia."
"¡Que sí! la ciencia dice, confiada, que el hecho de que Inocencia parezca inocente de forma involuntaria es sin querer."
"Aunque la aparente Inocencia parezca inocente, esta tal Inocencia no es inocente en verdad."

La conversación se ha hecho más ágil, pero también el cerebro debe seguirla más ágilmente para entenderla.
Ahora vamos a añadir algunas redundancias para complicar la situación, y sospechemos aún más de la identidad de la pobre Inocencia. Por si esto era poco, prescindiremos de los determinantes, un recurso muy utilizado para embellecer el lenguaje. Aquí va el resultado final.

"Aparente Inocencia aparenta aparentar inocente inocencia, y no ciencia aparente aparenta que aparente Inocencia aparente inocencia"
"Sí. Ciencia aparenta inocente que aparente Inocencia aparente inocencia inocente"
"Aunque aparente Inocencia aparente inocencia aparente, no es inocente aparente Inocencia"

De aquí saco dos conclusiones/reflexiones.
  1. El lenguaje es inútil.
  2. Hay que cuidar nuestra forma de expresarnos; el lenguaje en manos de un desalmado es peligroso.
¿Tú con qué reflexión te quedas?
Porque te quedas, ¿no? Que porque no te quedas ya no quedas si no quedas... Vale, adiós.
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Buenos días

Hoy sería capaz de rellenar con saña varias hojas de reclamación. Pero como la sociedad en general no tiene hoja de reclamación, os lo cuento a vosotros para que os traguéis mis problemas y actuéis de psicólogos para desahogarme.
Todo empezó un día en el que, decididos a ganar el primer premio de un concurso de composición musical (o al menos decididos a intentarlo), mi amigo Luis, gran pianista y creativo ideador de melodías, y yo mismo, nos juntamos con el objetivo de crear algo que no dejara indiferente al jurado. Y compusimos.
Factor sorpresa. Ese fue nuestro arriesgado recurso aquel día de Mayo en que lanzamos "El buscador de hoteles", nuestra creación. Y el factor sorpresa hizo su trabajo sin decepcionarnos. El palo de lluvia y aquél rasgueo de cuerdas del piano desfilaron ante las ardientes pupilas del jurado como un becerro de oro al que pronto adoraron.
Pero todo esto lo ignorábamos cuando, nerviosos y temblorosos, estábamos ejecutando las notas musicales de una partitura cuyo éxito no esperábamos. Como digo la obra había triunfado entre aquellas otras que también presentaban un nivel muy alto y pronto nos encontramos alzando en el aire nuestro diploma de primer premio de nuestra categoría.
Cuatro meses después, Luis recordó las palabras de nuestra profesora, que se abrió paso hacia nosotros y nos felicitó: "Muy bien, chicos. Tenéis que registrar esta obra".

Pues bien. Ayer alrededor del mediodía nos encontrábamos ante el gran edificio que se yergue sobre la ciudad de Santander: la biblioteca central de Cantabria. ¡Y cómo molaba su puerta giratoria...! Perdón. Es que fue lo mejor del "viaje".
Como decía, armados con un taco de papeles que pecaban de burocráticos en exceso y con nuestro formal "Buenos días" nos fuimos abriendo paso hasta encontrar, tras una puerta que creíamos cerrada, la sala de registro de la propiedad intelectual.
Allí nos atendió, y cordialmente, todo hay que decirlo, una encargada que desconocía la regla de oro del silencio en una biblioteca. Sea como sea, estuvimos unos minutos revisando los papeles, y cuando creíamos que con el DNI, el libro de familia y nuestras respectivas direcciones... Vamos, cuando nos habían registrado hasta los orificios de las caries, como dijo el gran Leslie Nielsen, tampoco era suficiente.
Lamento el momento en que se me escapó decir que somos menores. Pues ahí empezó una reacción en cadena que inutilizó la forma en que habíamos rellenado los papeles. Nuestro representante no podía ser mi madre, ya que Luis y yo no somos hermanos, los mismo que necesitábamos una autorización paterna o materna cada uno, por escrito y firmado.
"Puede que incluso haga falta que sea firmado por los dos padres, no lo sé"
"No me extrañaría", le dije. Así que habíamos hecho el viaje para nada, y por culpa de la maldita burocracia íbamos a tener que hacer un segundo viaje para completar el proceso; registrar una simple partitura.
Pues bien. Decidimos bajar a buscar a mi madre, que estaba abajo en el coche esperándonos. Por el camino compensé las molestias robándoles sutilmente un periódico.
Subió mi madre a negociar. La pobre mujer empleada allí estuvo un rato larguísimo redactando un párrafo en el que mi madre debía firmar para garantizar su consentimiento. Pero ese papel solo me cubría a mí.
La empleada dijo que necesitaba otro papel así con la madre de Luis. Le imprimió otro modelo, selló como "Original" y "Copia" los respectivos papeles y al fin cedió a que la autorización la enviara otro día por correo ordinario su madre y así no tuviéramos que volver.
"Gracias, buenos días".
Así salimos del lugar y prosiguió nuestra odisea buscando una caja en la que depositar los 13,20€ que te cobran vale hacer el registro. Entramos en el primer banco que encontramos y, poco acostumbrados a esos entornos, intentamos hacer el pago en una mesa de atención al cliente. El hombre allí sentado nos indicó que el pago debía ser en la caja.
"De acuerdo, lo siento. Buenos días"
Me pareció ver mientras daba la vuelta un rictus de sonrisa. Sí, se reía de nosotros.
Al fin esperamos la breve cola de la caja y entregué un billete de veinte y el recibo a la dependiente de la caja. Me devolvió un papel traspapelado (valga la redundancia) con cierta sorna. Me disculpé.
Pero me cansé de disculparme cuando se produjo la siguiente situación: ansioso por recibir la vuelta, tal vez con miedo por no volver a ver mi dinero nunca más (recordemos que estaba en un banco), me precipité y le apremié aprovechando una mirada que echó fuera de la pantalla de su ordenador. "¿Y ya está?" Su respuesta fue un exagerado no cargado de escarnio.
Señores empleados del BBVA de Santander, puede que no sepa cómo funciona un banco tan bien como ustedes, pero sé distinguir una burla de un trato amable, y espero que no sean así todo el día  con sus familiares y conocidos
"Buenos días" dije largándome de aquél indeseable lugar.
Podría seguir escribiendo ya que estas cosas no acabaron ahí. Podría explicaros con qué poca amabilidad el conductor del autobús que en la pantalla decía que iba a partir hacia Torrelavega me indicó que no era ese, sino el vehículo de atrás, el que iba a mi ciudad.
Al fin volví a casa odiando un poco al mundo en general y preguntándome de qué sirve decir "Buenos días" si detrás de eso no hay modales.
Y volviendo al primer tema, no me extraña que la justicia sea tan lenta en este país si hacer un registro y un ingreso exige tanta pomposidad.
En fin. Querido lector, que tengas un buen día.

2/9/15

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No pasar

Hoy he doblado el tenedor mientras comía filete. No estaba tan malo. Si he abollado la estructura del pobre cubierto es porque enfrente mío estaba el televisor mostrándome la actualidad (o al menos, la tergiversada realidad que muestran los telediarios). 
Y mientras escribo esto, me pregunto si añadir o no a este texto la imagen que me marcó. La del cadáver de un niño llegando a la costa de la ciudad de Bodrum, en Turquía.
Siento la desinformación. Culpable soy de no estar del todo posicionado en los acontecimientos, y es que yo también caigo en el error de pensar que todo eso que pasa no me imcumbe, que ocurre lejos, que los niños y civiles que mueren son de otros países, de otras culturas. Pero soy un cómplice más, y otro espectador de este circo surrealista que tantas víctimas se está cobrando.
Siempre empiezo igual. Me siento a ver las noticias y la España cañí me provoca impotencia al mismo tiempo que risa. Esa es la actitud con la que aquí recibimos las noticias, ¿no? Pues como decía, me río un rato de la Sonia Castedo con sus setas, del Mas con sus gafitas y de Rajoy con sus problemillas de vocalización. Me río de lo endémico, de nuestro imbécil país, de las "graciosadas" de nuestros políticos y demás españolidades. 
Pero después empieza la sección de internacional y me doy cuenta de que el mundo tiene un problema muy gordo. Europa está podrida por sus propios políticos. Líderes cuestionables, que huelen a dinero y a mafia. Que no sienten empatía más que con sus compañeros semejantes.
Para estos trajeados vividores, cumplir los numerosos y ambiciosos tratados de la Unión Europea, aquellos que se escribieron para crear un lugar libre y respetuoso con todos los Seres Humanos, es secundario. Es preferible quedar un poco mal y seguir en la cómoda burbuja de la indiferencia, al tiempo que hablas de asuntos menores. Hablan y hablan, incluso diría... parlotean sobre economía y demás temas que, como el fútbol, son una distracción más con la que desviar la atención de los confundidos ciudadanos, que sin saberlo, y como dije antes, son cómplices de una tragedia humanitaria.
Son miles y miles los Sirios que, huyendo de una guerra (absurda e injustificada, como todas), han realizado auténticas peregrinaciones para encontrar una vida mejor para sus hijos. Ya solo confían en encontrarla en Europa. Sorprendentemente es el mejor sitio.
Y allá donde van se les trata como ganado. He visto imágenes de refugiados aplastados bajo el capó de un coche, metidos en maletas, asfixiados y moribundos. Y la policía del país tiene que sacarlos de ahí para evitar su muerte. Pero después mueren de hambre o de pena. Ha llegado un punto psicodélico en el que las trabas burocráticas y la inacción de los políticos provocan muertes.
La libre circulación de mercancías y capitales continúa en perfecto estado. Pero la libre circulación de personas es despreciada como estas personas. Si no, mirad esto.

Once refugiados sirios mueren ahogados al intentar alcanzar la isla griega de Kos desde Turquía
Finalmente he añadido la imagen. Creo que dice más que yo en esta entrada completa.
Que alguien me diga dónde está la ONU. Que alguien me diga dónde está la OTAN.
O, al menos, donde estamos nosotros los humanos.
Espero que llegue el día en el que seamos plenamente conscientes del gran engaño que vivimos, del mundo que estamos dejando a nuestros hijos, de la cantidad de gente que muere por el dinero y la pasividad. Que los medios no nos distraigan. Porque esto es lo que hay. Legal no significa bueno, tratado no significa cumplimiento y Unión Europea no significa justicia.

El siglo pasado fue el de las guerras y muertes. Pero este promete estar a su nivel.
Estar en el Siglo XXI ya no significa nada.

25/7/15

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El peso de quedar bien

[Cuidado. Entrada polémica.]

Mujer real:
Siento romper tu autoestima, pero no, no eres perfecta, porque nadie lo es. Porque te equivocas, como todo el mundo, como él, como ella y como yo, y no es bueno tener orgullo fundamentado en la nada. No podrás trabajar ni estar en grupo si te consideras perfecta. El resto te repudiará. Menos mal que estas citas de "eres perfecta tal y como eres" no salen de Internet y además se mezclan con otras contrarias como "ama tus imperfecciones". A veces la misma persona se hace eco de ambas frases.
La cosa es demostrar que no te has quedado atrás, que también piensas como el resto. Y esa es otra. Miles de personas diciendo al unísono "soy diferente, ¡bravo por mí!" ¿No es irónico?
No hace falta que todo el mundo se entere de lo especial que eres. Cuanto más lo proclames, más encanto perderá tu forma de ser. Pero últimamente somos lo que escribimos.
Gente hipócrita como yo intentando abarcar todas las lecciones de ética que hacen falta para sobrevivir como un ser humano en este mundo.
Pero me voy del tema. A día de hoy, esta es la situación (vista por mí, y generalizando muchísimo):










Lo que más rabia me causa es la cantidad de gente que sucumbe ante las campañas publicitarias que ahora son las que molan, las que nos venden, como dije al principio, "mujeres reales": es decir, mujeres gordas.
¡Pero todas las mujeres son reales! Es la palabra peor usada que he visto nunca.
Quiero aclarar que utilizo la palabra gorda sin ningún tipo de intención de herir sentimientos. Solo es por economía del lenguaje. Pero estoy a punto de perder la mitad de los lectores...
Como decía, las mujeres con anomalías relacionadas con el sobrepeso son ahora las alabadas por muchas marcas de ropa que ven ahí un importante nicho de mercado. Multinacionales que se toman el derecho de dar lecciones morales y de dictar qué es una mujer y qué no. Ahora ya no es guay estar delgado, gracias a Dios, porque ya era hora de acabar con el trono que la Humanidad había construido a la anorexia. Pero el problema está en que, en esta lucha por ser más vanguardista que nadie, se ha dado la vuelta a la tortilla y se está dejando de lado también a las mujeres en su sano peso.
Al menos en el mundo de la publicidad y en las canciones. De ahí al mundo real, evidentemente, se pierde mucho y como no somos tontos, tenemos sentido común y sabemos lo que es bueno y lo que no. Pero solo en la mayoría de los casos, porque sí es cierto que estas campañas y mantras publicitarios y de canciones calan en muchas personas.

Ahora me gustaría hablar de Meghan Trainor y su éxito "All About That Bass". Recuerdo cuando navegando por ahí descubrí este éxito que inmediatamente acabó en mis favoritos. Porque yo soy un ignorante del idioma inglés y solo me fijé en la música, cuyo ritmo me encandiló. Pero más tarde llegué a buscar el videoclip y fui pensando mientras lo veía:
"Oh, que bien, habla de la igualdad"
"Pero ¿por qué empuja a esa? ¿Es que es flaca?"
"¡¿Por qué no para de mover el culo?!"
En fin, terminé buscando la letra y... pienso que o Meghan está muy equivocada, o juega con la gente para conseguir fama, pues el que diste de las opiniones de la letra de su canción es lapidado al segundo por insultos. Esta canción es un perfecto ejemplo de hipocresía y discriminación positiva.
Solo queda que se desmaquille (que le llevará un largo rato, por cierto) y se plante desnuda frente a una cámara. Entonces sí será una mujer real, o al menos la "mujer real" de la que ella y otros hablan.

Aclaraciones finales: yo no intento cambiar la manera de pensar de nadie, solo expreso mi opinión. Y que cada uno pese lo que le de la gana. Pero a mí que no me digan cómo tengo que ser ni qué me tiene que gustar. Ante cualquier duda, insulto, amenaza, escupitajo, descalificación, bajeza, opinión contraria constructiva o no, ahí abajo tenéis el mural de comentarios.
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Explayándome

Instrucciones: Pon la música del vídeo de Youtube cuando llegues al texto que tiene debajo. Cada música corresponde a un momento y sensación. Lee despacio y bajo tu propia garantía.



Hoy un rayo de Sol ha entrado por mi ventana. Ha brillado sobre mis párpados y, muy pronto, por la mañana, me ha despertado. Este cálido despertar, acompañado de los píos y gorgoritos emitidos por los múltiples pájaros que anidan alrededor del inmueble, ha subido mis niveles de endorfinas y me ha plantado una sonrisa en la boca. Después voy a la cocina, tomo un zumo de frutas...
"Ah, qué feliz soy". Además es verano y ya puedo ser dueño y señor de mi tiempo, que se ve ahora transformado en perpetuo ocio.
Luego, viendo que es aún muy pronto, me doy una ducha templada y sacudo el pelo para que coja forma. Salgo cantando del baño al estilo Disney y desayuno un auténtico manjar: galletas con miel. Sí, todo es perfecto.
Siento que al fin me he reconciliado con la vida y me esperan los mejores días del año, descansando y meditando, con tiempo más que holgado para gastar las horas en aquello por lo que me decante.
Pero...


Veo que mis padres entran por la puerta con varias bolsas de tejido pajizo y con una sonrisa entre los hoyuelos. Sé lo que significa. Pero lo confirmo observando que suben cubos de plástico, crema solar, pistolas de agua (y ¡recambios para las pistolas de agua!), viejas y anodinas revistas de salud, de mujer, del corazón y de divulgación científica. El periódico del día y una barra de pan. Como vestimenta, sombrero, pamela y gorra (el triunvirato de la muerte), gafas ahumadas y bañador. Mi padre, la camiseta deshilachada que solo usa en...
De acuerdo, la sentencia está firmada. Hoy toca playa.
Cargamos varios tuppers con tortilla y demás alimentos y, haciendo caso omiso de mis muecas de consternación, bajamos al coche. Mi padre abre el maletero y guardamos las cosas. Después pone la radio y comienza nuestra peregrinación hacia una arenosa jornada.


Viendo que no hay nada que pueda hacer para evitar mi destino cantado, arqueo las cejas y sacudo los hombros en una fingida y exagerada mueca de resignación. E intento dormir. El camino no va a ser muy largo, pero sin perder tiempo, intento caer en los brazos de Morfeo tan pronto como sea posible, apoyando la cabeza sobre la bandeja del maletero. El Sol me araña la cara en una constante danza de luz sobre mi piel. Sé cuando vamos en autopista porque no hay edificios cerca y el astro Rey me alumbra ininterrumpidamente. Sí, me gusta saber en qué punto del viaje estoy.
Cuando me canso de este juego, me pongo a escuchar las breves conversaciones de mis padres sobre la maravillosa técnica de conducción de algunos conductores a los que apenas insultan cuando, deliberadamente, se saltan un ceda o adelantan en línea continua.
La radio, ajena a toda esta aventura, sigue derramando country por el coche. Solo escapa a los oídos de mi hermana, que atrapada por los auriculares, escucha la música de su móvil.
Viendo que no voy a dormir, cambio de postura y apoyo la cabeza sobre la ventanilla para ver la carretera pasar a cámara rápida.
Al fin, llegamos a la costa.



Salgo del coche bostezando perezosamente y empiezo a a sacar cosas del maletero. Cuando he cumplido mi parte, dejo las bolsas apoyadas en una roca y me visto con el bañador tras una toalla (con mi madre diciendo: "pero ¡quién te va a mirar, hombre!"). Me rebozo de crema, y digo rebozo porque el viento ya se ha encargado de pegar arena a mi cuerpo. Ungido, como dije, con crema solar, mi aspecto es comparable al de una croqueta. Y no, sentirse rebozado de pan rallado y frito no es precisamente agradable.
Pero esto no ha hecho más que empezar y aún queda mucha jornada. Seamos positivos y confiemos en que los dioses hagan de este día un buen día.
Lo siguiente es coger solo lo imprescindible (digamos unas tres toneladas de bártulos) y buscar un Flandes donde poner la pica o, lo que es lo mismo, un terreno para plantar la sombrilla sin agujerear el pie de ninguno de los cientos de desocupados ocupantes de esta playa con exceso de aforo.
Cuando hayemos hecho nuestro un pequeño terreno, somos tan inteligentes que dejamos todos los objetos bajo la sombrilla y nosotros mismos nos tumbamos al Sol durante horas. Porque lo importante es que el agua siga fría, ¿no?
Después debo ignorar todas las poco tentadoras ofertas de jugar a las palas, dar paseos y, lo que es peor, bañarme en las aguas del Cantábrico, que, por muy cántabro que sea, no dejan de estar frías como un témpano. Y me tumbo tranquilo en la arena, confiando en que si tengo la mente en blanco, el tiempo acelerará.


Calor. Mucho calor. Un bochorno que lentamente se apodera de mí, enturbiando mis pensamientos, provocándome espasmos musculares. Me pesan los párpados, pero el Sol, abrasador e inflexible, se encarga de mantenerme en vilo. Gotas de sudor resbalan por mi espalda perlada. Miro al horizonte: el mar está en calma. También los humanos y familias dispersadas por la arena están mansos como corderos, pues todos disfrutan ahora de una placentera siesta. Así lo indica el mar de ronquidos y sonidos guturales que llegan hasta mis oídos.
Solo se oyen las gaviotas graznando y volando en círculos alrededor de las bolsas de basura que contienen briñones, paraguayos, y trozos de pan y queso.
En un alarde de valentía, me giro, quedando boca arriba y miro, desafiante, como el mejor doble de Clint Eastwood, al Sol. Por su altura deben de ser ya las dos de la tarde. Sé lo que significa eso: aún me quedan muchas horas recibiendo su radiación mortal.
Siento un pinchazo en la pierna y sé que me he quemado. Durante los siguientes días, cada ducha, cada baño, será un infierno para mi piel chamuscada.
Cojo un sombrero y con él cubro mi rostro. Disfruto de la privacidad que eso me da y, por fin, en la intimidad del tejido entramado de la pamela, ejecuto la mueca de asco que tanto tiempo llevo aguantando.
"No soporto este calor infernal, ni entiendo por qué malgastar un día entero aquí desparramado. En el fondo todos odian la playa. Quiero estar ahora durmiendo esta misma siesta en la cama. Sí, en la cama, donde no hay avispas, medusas, quemaduras, visiones desagradables, ruido, arena, ni niños que te rebocen de esta, probablemente el peor invento (la arena, no los niños), un invento que echa a perder tu pelo y tu ropa."
Señores, cuando sea mayor y tenga mi propio coche, nunca verá el mar.

6/7/15

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Calma


No es Torrelavega todo lo que reluce, pues si quitas los distritos, su tamaño se reduce.
Uno de tantos municipios, y no el más grande, es un sitio distante a los ruidos y gritos del resto de sitios que son colindantes.
Es Campuzano.
Pocos lo conocen, así se lo pierden. Pues todos ellos perecen sin conocer nuestras calles inertes. Nuestras plazas vacías. La ausencia de autovías. La paz que, como un ente, reina el Reino que todos merecen (y merecían).
Como Gran Vía, un camino rojo. Como alcaldía, reuniones de ancianos en bares, dando libre vía a sus antojos. Nuestra plaza mayor son dos bancos, el suelo, y da gracias a Dios, que allí una fuente nos quita los anhelos de agua fresca en cualquier momento, para que la sed no sea un impedimento a la hora de pasear por estrechos caminos, prados ovinos, porcinos y equinos. Siempre a paso lento. Siente el ritmo de los elementos, que en Campuzano sabemos de esto.

Cualquier parecido con la rima es pura coincidencia, y más aún con la métrica.

2/7/15

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Adicción a la dicción



Nitrato de contarte lo que meanganeso el otro día. Ácido terrible.
Estaba en casa degustando unos espaguetis a la carbónica cuando... Cloro, alguien tuvo que llamar al teléfono. Níquel fuera urgente.
Corrí, descolgué, y eran los de Jazztell.
Pensé que era un bromo pero metí la plata.

"-¿?
-Licio. Venimos a ofrecerle una tarifa, la tarifa delfín.
- ¿Me está vacilando? Querrá decir la tarifa neutrín.
- No se ande con tecnicismos, señor, y deje de usar lenguajes estaños. ¿Cuántica pasta gasta usted por minuto con su actual operador móvil?
- Unos tres céntimos, perdón, centésimas. 
- ¡Eso es carísimo!
- No sea usted electrón, y piense un poco en positivo.
- Pero tengo la solución. Raíz cuadrada de menos dos... Digo... Ah, sí, nuestra nueva tarifa, como le dije. Tiende a costar cero (siempre que la duración de sus llamadas no tienda a infinito, claro).
- ¿Se puede explicar mejor?
- (Burlándose) Qué quiere, ¿un gráfico?
- Pues sí, mire. Y su función. Y los límites bien calculados. Mientras tanto seguiré con Timofónica.
- ¿Pero no ve que ahí le timarán?
- ¡Al menos saben hablar!
*Clic*"

Delfín, dice...

30/6/15

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[Fin de la conexión]


Ya que hoy es el último día antes de la entrada de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley Mordaza, voy a desahogarme diciendo mi opinión. 
Sí, opinión, eso que a partir de mañana no se podrá expresar frente a edificios emblemáticos ni en la vía o en construcciones públicas. Esto significa que un médico no podrá quejarse de los evidentes recortes en salud, ni un maestro podrá reprochar el ingente número de alumnos por clase, por ejemplo.
Ni se permitirá compartir vídeos de policías en sus horas de trabajo. Esto incluye el no poder divulgar un vídeo de un antidisturbios que apalea a hombres y mujeres en manifestaciones que la mayor parte de las veces son pacíficas. Algo que en mi país es conocido como periodismo. Las nuevas portadas de los diarios se verán abocadas a mostrar noticias del corazón, la última cirugía de Leticia Savater, las imágenes de la última ola de calor y demás chorradas, mientras la verdadera noticia, aquella que es verdaderamente importante, es censurada. 
Esta libertad de expresión que tantos años y tantas bajas ha costado conseguir ha sido anulada. En solitario, por supuesto, como al tío Pepe le gusta.
Queridos oyentes, os recuerdo que solo nos quedan unas pocas horas para divulgar esta información, pues mañana incitar a manifestaciones por la Red, incluyendo todos los medios de mensajería instantánea, sera multado con tarifas dantescas. 

El Partido Impopular ha inventado una máquina del tiempo y viaja hacia el pasado. Porque mañana será uno de Julio de 1936.



20/6/15

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¡A la de tres pagas!

Grexit. Dragma. Préstamo. Deudas. Cumbre. Desacuerdo. Ultimátum. Plazo. Tiempo. Cuenta atrás. Bancarrota. Corralito. Advertencia. Peligro. Números rojos. Números negros. Números supermega negros.
En el FMI ya han gastado todas las palabras, pero no saben cómo asustar a Grecia, y, como un mal padre, de esos que dicen "A la de tres cobras, ¿eh? Uno, dos... ¡Eh! Dos... ¡Dos y medio!", intentan asustar a la población, y rebelarla contra el Gobierno que ellos mismos han votado hace unos meses.
Pero no parece que los griegos pierdan mucha confianza en Tsipras, y esto no es del agrado del Eurogrupo en su mayoría.

Así que el país heleno sigue negándose a pagar sus deudas (las que ellos consideran ilegítimas). ¿Y qué pasará? Pongamos un símil real. Aunque los principales diarios no se hicieron eco de ello, cuando América Latina, hace unos años, se negó a pagar a sus acreedores, simplemente le condonaron la deuda, y todo siguió igual. Y todo sigue y seguirá igual, aunque hablemos de millones, billones o millardos de divisas.

Hay quien vive engañado y sigue pensando que, si Grecia no paga a la UE, tampoco a nosotros, y, como producto de tal impago, nos hundiremos en la miseria. Procederé a explicarte, querido lector, mi punto de vista.

Para empezar, ya estamos en la miseria y no podemos arruinar ninguna recuperación, ya que tal no existe. Y también cabe aclarar que la gran parte de la deuda griega, como ocurre con el resto de deudas internacionales, es de la banca a otros bancos. No es Tsipras quien juega con fuego. Han sido los bancos los que se han hundido, al igual que en el crack del 29, en su propia especulación e incompetitividad. Por tanto, la deuda no es pública, o no debiera serlo si se midiera en función de la culpa que el ciudadano medio tiene.

Pero este tozudo lector seguramente (y es totalmente respetable) siga dudando de que la deuda sea tan poco importante. Continúo pues.
Si Grecia cae presa de las amenazas de la Unión Europea y paga la deuda, nada cambiará más allá la las bolsas y de los datos macroeconómicos, que es la vara de medir que, desgraciadamente, utilizan las altas esferas para medir el progreso y la recuperación. Una forma con la que ya no queremos medir el progreso, tal y como he dicho, pues queremos recuperar la política en su significado más idílico: aquello que un representante hace para mejorar el bienestar de una población.

Recordemos toda la deuda que se le ha perdonado a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, y todo el dinero que se le ha prestado cuando le ha hecho falta. Como dije antes, tenemos dos varas de medir. Una para los países que van de salvavidas y otra para el resto. Esto parece una sucia pelea de orgullos.

Seguramente todo este embrollo se resuelva a la antigua usanza, como la Historia nos muestra en situaciones similares. Tal vez la solución debería haber sido planteada mucho, mucho antes, a la hora de ser creado el Ser Humano, para haber echado menos egoísmo, ingenuidad, fanatismo y egocentrismo en su receta.

10/6/15

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Telecirco



Hace un tiempo que tengo una cuenta en la red social del pajarillo azul. Lo hice por llenar ratos de aburrimiento o improductividad y ahora se ha convertido en una llaga en la boca que me gusta morder. Porque si entro a Twitter es para sufrir leyendo los temas de actualidad, y lo más comentado. Dependiendo de la hora, las tendencias varían para bien o para mal, oscilando entre el típico tema tonto del día (que suele encantarme), el saludo al día de la semana o al mes... y los programas siendo comentados en tiempo real.
A ver. Lo primero que opino es que un programa de televisión es para verlo y escucharlo. Si no lo haces con atención, no te puedes permitir decir que le has visto. Solo esto borra del mapa la mitad de los tuits. Pero obviando esto, y asumiendo que son superhéroes capaces de escribir, leer, y ver y escuchar a la vez, echar un vistazo a las tendencias causa un bajón importante.
#Tronochicos y #tronochicas se refieren a "Hombres, mujeres y viceversa", ese programa de cuestionable calidad donde los machos alfa intentan excitar a las hembras de gomosa constitución que se presentan ahí en el plató, siendo expuestas como material de usar y tirar, como un pañuelo en una caja de cien.
Como bien indica el programa con ese viceversa (una palabra de muy alto nivel para la audiencia media), a veces ocurre al revés. Tíos que parecen recortes de revista se miran al espejo y ven que todo está en orden. De arriba a abajo: pelo escoba, pendiente o complemento metálico, cejas juntas y alzadas en una constante mueca de estar sufriendo/reflexionando, cuerpo trabajado (pero solo en el gym) y a, partir de aquí, ropa de moda.
Con estos requisitos físicos, eres carne de cañón para Telecinco. Si además sabes actuar, chillar, interrumpir, agredir, insultar, faltar, insinuarte y dar patadas al diccionario, es muy probable que me estés leyendo desde el plató.
Porque esta cadena juega con los sentimientos de los espectadores, con la ética y la moral. Las tritura y crea sus propio decálogo de la "convivencia". Vive del morbo.

Y un país en plena crisis de valores, es muy triste que el 17% los busque en esta penosa cadena.


8/6/15

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Pequeños bailarines - bailes numéricos

El otro día, por la tarde, "estudiando", advertí un ruido extraño. Provenía de la calculadora. Acerqué mi oído y pude oír una auténtica verbena ahí dentro. Entonces miré y... ¡Cómo se lo pasan ahí dentro!

Un consejo: vigilad vuestras calculadoras y no olvidéis resetearlas los Lunes por la mañana.



Gracias, gracias a esos momentos de inspiración mientras estudio matemáticas.

28/5/15

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¿Progreso?

Sin intención ninguna de hacer enemigos a unas semanas del fin de las clases, voy a publicar una poesía que he escrito sobre uno de los puntos débiles (a mi juicio y el de unos cuantos alumnos más) de la asignatura de Lengua.
El tema, Progrentis, "progreso a través de la mente". Ejercicios mentales, visuales, de seguir imágenes con la vista o la velocidad de lectura del usuario.
Llegó como un propósito y se ha convertido en un auténtico despropósito, pues son 20 unidades las que hay que hacer para no tener dos ceros como casas. Cada unidad produce su serie de jaquecas y lleva su buen tiempo.

Pero el seminario ya había tomado la decisión de depositar un voto de confianza al programa y luego era demasiado tarde. Errar es de humanos (herrar, de caballos) y el daño ya está hecho.
Así que esta poesía solo es para advertir de cara al año que viene (y a los institutos) de la decepción que se llevarán si consideran implantarlo.



"Esta es la historia de un pobre programa
al que los maestros Progrentis llamaban.
Lleno de promesas y oportunidades...
Así lo vendieron, y creen que lo saben

Pero se equivocan cuando piensan eso.
Creen que Progrentis ayuda al progreso.
Mas no es más que un triste intento, de hecho,
de ayudar a leer con más brío los textos.

Mi marcador no para de subir,
leo más que nunca según esta web.
Tendré que atreverme y, en vistas, pedir
un aumento ¡y que lo quiten de una… vez!

"Porque no ayuda Progrentis a nada"
(Y los alumnos estamos hartos de decirlo)

Si a la profesora le diera y probara
este maldito horroroso programa,
tras unas jaquecas y unas almorranas
de estar en la silla to´l rato sentada,
haciendo ejercicios, leyendo parrafadas,
tal vez entendiera sin ninguna tara
que no estamos ante un útil programa.
Que, dicho educadamente, y solo lo digo porque rimaba…

Nos la han colao´ doblaba

¿Y dónde está la democracia cuando es necesitada?
Parece haber sido exterminada.
Pues cuando cientos de alumnos declaran al son
(e incluso se escribe sobre esto canción)
que nuestros cerebros ya saben leer,
que, agotados, por esta web
la única opción va a ser suspender...

Insistimos:
Nuestras opiniones
se irán al cementerio
pero Progrentis
no es un buen criterio."

A leer se aprende leyendo.

23/5/15

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La pereza


Hoy os voy a explicar qué es la pereza. Es...
Bah, vamos al grano. Los cuatro síntomas de la pereza.
1-

7/5/15

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Un ensayo

Traspaso las puertas del salón de actos y me fijo en una de las violas. Un tipo joven, algo nervioso. Sonríe preparado para tocar. ¿Su especialidad? La viola.
No es de los primeros en parar de calentar cuando David sube a la tarima de dirigir y grita "Karelia". "Karelia, ya".

Y Karelia llega tras haber afinado el viento, tornando desagradables muecas en las caras de los músicos más cercanos al flautín. La, sib, la, re, sol, do. O eso quisiera distinguir entre un torbellino de timbres y colores a cuyo daltonismo sólo escapamos los músicos profesionales.
Unos golpes con la batuta y un estornudo dan comienzo a la obra (no, el estornudo no estaba en la partichela).

El aire se llena de una rica armonía. Mejor que un hilo musical. Mejor que una discoteca. Lo mejor que puede flotar en el aire después del olor a fritanga.
Y es que solo la música clásica, la original, la pura música, es capaz de despertar el cerebro de los músicos y oyentes de tal manera, desde el profundo cerebelo hasta los territorios colindantes con el cráneo. Siempre que el oído esté bien educado, claro.

Tras un par de minutos de melodía ininterrumpida, unos problemas con la figura redonda hacen repetir un trozo. Saliendo de mi trance, recuerdo que esto es un ensayo y no un concierto para mí.
De hecho, yo soy el único y más discreto público en esta sala. Sentado en una esquina y guardando silencio, solo llaman la atención mis continuas miradas hacia los músicos, para anotar después estas palabras en mi cuaderno.

Pero dejemos de hablar de mí y hablemos de ella. De la música.
La que en estos instantes es propiedad de unas potentes y graves cuerdas, y de una tonalidad menor. Siempre me lo he preguntado: ¿cómo un semitono puede marcar la diferencia entre una obra jocosa y la composición más triste del mundo?



Una modulación me transporta a acordes más agradables, coincidiendo con la entrada de un rayo de Sol. Pero recordemos: no es Dios, sino Sibelius.
Y fin. Ha terminado Karelia dejando mono de más. ¡Y hay más! Empiezan las correcciones del director, que derivan, como siempre... en cellos y contrabajos. En cellos y contrabajo. En cellos.
Problemas con los seisillos del acompañamiento. Bronca con sabor a chiste y siguiendo. "1, 2, 3, 1, 2, 3..." "¡No es un trémolo, no es un trémolo!" "Escucha a los violiiiiines..."
Según estas frases que oigo, me he equivocado. No van a avanzar, están estancados.

Cuando anuncia que toquen todos unos compases más adelante, se me hace la boca agua; y es que la música da sed, y nada mejor que una segunda parte de la obra para saciarla.
Cabe destacar que hace tiempo que no escucho esta obra y me ocurre al igual que con los chistes: ahora, para mí es nueva.

La música sigue avanzando. ¿Qué habrá un compás más allá? ¿Y dentro de un sistema? ¿Qué nuevos acordes me depara el destino dictado por Sibelius?
Oh, no. Cellos y contrabajos otra vez.

[Música de espera].

Es evidente que estoy escribiendo esto con cierto retraso, porque la música es más rápida que mi lápiz (sí, ¡la culpa es del lápiz!). Una de cada dos cosas que puedan pasar aquí no será reflejada. Por tanto, hace rato que la orquesta ha vuelto a tocar y yo aún no os he avisado, lo siento. Me dicen que me enrollo como las persianas, y puede que sea verdad, porque... En fin, me callo.

Pero ¿qué oyen mis oídos?
Es imposible no reaccionar al chirrido del viento madera cuando se les hace tocar por separado. Especialmente, a las flautas. Y lo digo con todo el cariño del mundo hacia un gremio que también es el mío. Pero Dios nos permitió crear un instrumento tan agudo y penetrante, y hay que saber apreciarlo para no pensar simplemente "¡qué chillón es!".

Una vez solucionado el problema de las flautas (silenciando dos de tres en ese traicionero pasaje), el conjunto de los músicos vuelve a tocar y recuerdo timbres que creía olvidados. Es... es un oboe, confirmamos. No es, ni de lejos, mi instrumento favorito; es demasiado difícil para permitirse sonar así. En mi opinión, es comparable a un gato moribundo entre una manada de tigres. Como sé que estos comentarios pueden herir sensibilidades, podéis insultar mi instrumento.

El oboe ya ha dejado de sonar, perdiéndose en un mar de violines, literalmente. ¿Nunca os habéis fijado en la similitud de los arcos moviéndose al compás con un mar en movimiento, cuyas más embravecidas olas coinciden con los picos de la melodía?
Un móvil interrumpe la progresión de la obra. ¿Quién es el maldito responsable de tal falta de cuidado y respeto? ¿Quién está situando a su móvil por encima de los músicos y el Sr. Director?
Ups, llamaban al director. Cambiemos de tema.

Me quedan tres hojas y aún tengo mucho que escribir. Me duele la mano y no tengo la suerte de ser ambidiestro. ¡Cruel destino! ¿Acabará aquí este relato?
El último acorde de Karelia acaba de responder a mis dudas, cerrando la obra, el ensayo y este escrito.
Ha sido un placer relataros mis cavilaciones cuando asisto a un ensayo de orquesta. Y lo siento pero por haberse tragado todo este texto no hay premio. ¿O sí?
¡Nos vemos en la próxima entrada!

1/5/15

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Mayo sin sayo

Feliz día del trabajo a parados, trabajadores precarios, trabajadores con sueldos ilegales, trabajadores con sueldos que rozan lo ilegal, doctorados del Mc´Donalds, trabajadores que no cotizan, trabajadores que no cobran, trabajadores en negro, trabajadores explotados, trabajadores que no están a gusto en su trabajo. A todos ellos, espero que sepan valorar las maravillosas reformas emprendidas por el actual (des)Gobierno para permitir que el paro baje. A costa de qué no lo vamos a discutir.



Es triste que la fiesta de hoy sea vestida de luto por la negligencia e inutilidad de unos gobernantes y banqueros que además se atribuyen el "honor" de la "mejora" de los datos macroeconómicos que, como todo el mundo con dos dedos de frente sabe, van por ciclos. Pero en este país de pandereta donde un 25% de los ciudadanos cree que el Sol gira alrededor de la Tierra somos víctimas de constantes falacias descaradas. Y nunca, nunca pasa nada por mentir ni por incumplir promesas.
Cómo me gustaría ser abogado para investigar cualquier ilegalidad de este Gobierno y poder echarlo del trono por la fuerza de la ley. Pero si estudio derecho acabaré friendo hamburguesas y odio freír.

Así que, como iba diciendo, feliz día de... Bueno, de algo será.

14/4/15

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¿Te gusta conducir?


Coches supersónicos, nitrónicos, radiónicos y ultrasónicos con sensores de velocidad, cansancio, radares localización. Pantalla LCD a cuyo lado un ordenador de laboratorio dejaría mucho que desear; en ella abundan los parámetros, convertibles a distintas unidades, que muestran la velocidad (medio o del momento), la distancia al próximo turismo, los decilitros de combustible.

Pero, pensándolo bien... ¿Nos están timando? ¿De qué sirven 1000 Kilómetros sin repostar si un aviso de multa te hace parar cada pocos? ¿Para qué tener un motor de 250 si 120 es el límite?
No quiero ser conspiranoico, pero este tipo de anuncios despiertan mi incredulidad y escepticismo. Ah, y lo más importante. Si vas a anunciar un coche de ciudad, ¡llena los aparcamientos en el anuncio! Seamos realistas...

Un coche que te alerta hasta del más mínimo cambio o anomalía (e incluso de aspectos personales. ¿Cómo sabe que estoy cansado?), llenando el interior del vehículo con una atmósfera de pitidos, luces y sirenas en lo que pareciera una discoteca con ruedas, no es un buen coche; es un coche molesto y cansino.

¡Con lo a gusto que se va en mi viejo Ibiza, tan permisivo y tranquilo! Y es que, como dice un amigo mío, "un tonto callao´pasa por listo".

POSDATA: Hoy al entrar en Blogger para escribir me he encontrado con esto. ¿No es bonito? :´)

11/4/15

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Operación... ¿qué?

Operación bikini. Podría ser el título de una peli de James Bond. De hecho, creo que si esa fuera la única trascendencia de estas dos palabras, la humanidad sería un 300% más feliz.

Para bien o para mal, la humanidad ha creado un mundo en el que se engorda de Septiembre a Febrero y se adelgaza de Marzo a Junio. Hay distintos sujetos que en estos meses de primavera secundan este sistema en la operación bikini. No siempre con éxito.

  • Mañanaempiezoladietus comunis, en latín: aquel paciente que se engaña a sí mismo. Tipo (o tipa) más común, cuya frase parafrasea (y valga la redundancia) constantemente, pretendiendo así formar un universo paralelo donde realmente empieza una dieta y se convierte en un modelo, además, de 1,90.
  • Pesucegatus: Es descendiente del anterior, pero su escasa visión de la realidad y engaño a sí mismo llegan a límites insospechados al hacerse creer que está bien.
  • Contraproducentus: Llámese el individuo que pasa hambre y se agarra las tripas de Lunes a Miércoles y se recompensa con un "caprichito" los Juernes, Vierrábados, Sábados y Domingos. Tienden a ganar 10 Kg. para Julio.
  • Por último, tenemos a aquel que realmente evalúa su situación y se propone adelgazar o muscular (come menos y se mueve más). Es tan rara esta situación que no hay nombre para estos sujetos y que suscita debates en programas como Cuarto Milenio.

Pero fuera de bromas: en un mundo donde la visión de la salud pasa antes por filtros intermediarios como la perversa industria de la moda (por cierto, fijémonos en la anchura de los grandes directivos), las revistas de marujas y las mentes carcomidas por las hormonas, se ha perdido la noción de lo sano. De quién necesita músculo y quién no. De quién es de constitución ancha y quién no. Se ha olvidado el mens sana in corpore serrano sano. Y es que alguien que se mira al espejo consternado no es feliz ni está libre de estrés.
¿Cortisol o colesterol?

2/4/15

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¡No te piques!


Ah, el verano... Dulces y cálidos meses del año que extrañamos en otoño y deseamos en primavera. Y es que con Sol (y vitamina C) se crean momentos felices y emocionantes planes. Tanto es así que se han debido de inventar unas vacaciones solo para disfrutar de los rayos del astro rey, de las rabas en la terraza, del canto de un jilguero en una rama en flor.

Y de pronto... ñiaunnn... un molesto silbido se sitúa cerca de tus oídos, en crescendo y diminuendo, revolviendo el aire a tu alrededor. Pero tú, orgulloso humano, estás tumbado en una hamaca adormecido, casi en trance gracias a la generosa climatología de esa jornada. Y claro, no vas a dejar que algo como eso te fastidie el día, ¿verdad?
Pues tu pasividad te acaba de jugar una mala pasada. Un mosquito acaba de picarte en el brazo. O una avispa, una abeja, abejorro, libélula... Y es que la época estival no solo está pensada para nosotros. Insectos son la cara oscura de Junio, Julio, Agosto y Septiembre. De repente, estás condenado a pasar el mes rascándote un grano enrojecido.




Como sabéis, yo soy una persona abundante en manías, y sí, tengo mi propia rutina para dormir tranquilo en los meses de verano sabiendo que ningún bicho alado interrumpirá mi fase REM.
Esto es lo que he llegado a hacer.



  • 22:00-Estoy en mi cuarto.
  • 22:05-Apago las luces y voy a por el insecticida.
  • 22:06-Rocío el matamoscas y enciendo un aparato de ultrasonidos que ahuyenta mosquitos. Espero un rato, con la luz siempre apagada.
  • 22:08-Abro la ventana, que si bien es una puerta abierta para los mosquitos callejeros, es necesario para no morir en una habitación convertida en sauna. Enciendo la luz de la cocina y abro su puerta de par en par para que los mosquitos, atraídos por la luz, entren. Abro también la puerta de mi habitación para darles vía libre.
  • 22:09-Me voy al salón a ver la tele y espero a que todo el proceso surta efecto.
  • 22:25-Me voy a dormir. Salgo del salón, cierro su puerta, apago la luz de la cocina y cierro rápidamente su entrada, así como todas las demás puertas de la casa (así los mosquitos se quedarán dentro).
  • 22:30-Entro en mi habitación a oscuras y, a tientas, cierro la ventana (ya se ha refrescado suficiente). Cierro completamente la puerta y me quedo dentro. Enciendo la luz.
  • 22:31-Bajo la persiana. Vuelvo a rociar insecticida, esta vez sobre la cama, y me cuelgo del cuello el emisor de ultrasonidos. Reviso durante un rato que no haya mosquitos, agudizando oído y vista. Si encuentro alguno intentaré matarlo. Si no lo consigo me vería obligado a repetir todos los pasos.
  • 22:36-Reviso que la cama esté bien hecha y los bordes bien metidos. Esto será imprescindible para construir un refugio hermético contra posibles insectos (porque nunca se sabe).
  • 22:40-Apago la luz y me meto bajo las sábanas, dejando que entre un soplo de ire cada cierto minutos.
Y duermo. ¿Hasta qué punto merece la pena evitar una picadura a cambio de toda esta odisea? ¿Sois vosotros maniáticos? Os animo a comentar esta entrada, sois libres.
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Días para el relax

Un pie y luego otro, me conducen a casa, guiados por la simple inercia. Durante el trayecto, no se de dónde vengo ni hacia dónde voy, ya que tengo la costumbre de ahorrar electricidad y el cerebro supone un importante gasto. Así que mi cuerpo es un coche que está en Stand-By.

El Sol forma ya un ángulo agudo sobre el suelo cuando me encuentro enfrente del portal, con las llaves en la mano y la puerta siendo abierta. El frío del interior me despierta de mi trance andarín, y subo las escaleras meditando perezosamente. "En el mar de jornadas, ¿qué día es hoy? Miércoles no, ¡el numerito, el numerito!". Pero mi cerebro no para de recordarme que es Miércoles, haciéndome pensar que hay algún motivo especial para centrarse en este día.

Estoy en casa. He comido y me dispongo a hacer la mochila. En cuanto los sensores de mi piel sienten el tacto de los libros, veo pasar el curso por delante de mis ojos y recuerdo que...
"¡Hoy empiezan las vacaciones!"

31/3/15

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Cita - pequeña reflexión

"Resístete" "Si tiran de ti, empuja" "Si te pegan, devuélvela" "Esfuérzate al mínimo" "Acércate y roza con todo lo que se mueva"
Estas son las frases que la materia oye día a día. Y, pensándolo bien, ¿cómo va a funcionar el mundo si lo compone materia así?

14/2/15

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Amores eternos

 Fuente

Esta mañana bajé a comprar el pan y al volver a casa, entrando en el portal, se me ocurrió mirar el correo. No me sorprendieron los montones de cartas del banco, que tanto nos quiere y nos cartea, sino algo que hasta entonces no había advertido: un discreto sobre al fondo del buzón, de color pastel y sin remitente. Un pegote de lacre lo sellaba. Lo miré de cerca y... ¿estaba perfumado? Sí, lo estaba.
Emocionado, he subido a casa con el pan bajo el brazo y a saltos. Ahora estoy en mi habitación, recordando que hoy es San Valentín y leyendo por quincuagésima vez el texto de la que ha sido la primera carta de amor que recibo en mi vida.
No acostumbro a contar por ahí mi vida amorosa, pero ha sido tan bonito...

"Para Miguel.
Te quiero. Es todo lo que puedo decir tras tantos años juntos. Tengo la dicha de verte cada día y cada noche, y a pesar de eso, no me canso de ti, y cada vez que te veo me da un vuelco el corazón, porque siento que esta relación es perfecta y nunca se terminará.
Gracias por cada caricia y por estar siempre cerca mío. Ya sabes que yo soy tu solución en las buenas y en las malas. Estoy deseando verte hoy, muy tarde...
Besos, 
La cama."

13/2/15

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Bolsillos y demás universos


En esta entrada quisiera rendir homenaje a los bolsillos. En un libro (un genial libro) que ahora estoy leyendo, se menciona el valor de una capa como prenda de vestir, como manta, refugio y paraguas. Y entre sus muchas ventajas, el protagonista destaca los muchos bolsillitos que la componen.
Yo soy un poco como ese personaje: me encantan los bolsillos, y no pasa desapercibido: cuatro bultos, a ambos lados de la chaqueta y el pantalón indican lugares donde almaceno kilos de pañuelos, papeles, bolis y hasta algún instrumento musical, desde un diapasón hasta una armónica.

Y es que no sabes cuando vas a necesitar algo, y no hay lugar más seguro que la intimidad, protección y calidez de un bolsillo para guardar algo. Incluso mis manos pueden entrar en ellos y sentirse protegidas del frío invernal.

Si alguien intenta obtener algo de uno, primero se encontrará con una barrera de pañuelos que le hará retirar la mano rápidamente.
Y es que un bolsillo es un universo propio, un escondite perfecto y un descanso para las manos. Y así como la bandolera o el bolso son fruto de robos y abandonos, su hermano pequeño es leal y no se separará de ti hasta morir con la ropa que le da sentido.

No uses bolsas de plástico. No contamines. Usa bolsillos. Por un mundo a mano.

9/2/15

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Decadencia lingüística









«el otro dia lei que un tercio de los españoles lee nunca o casi nuca". Es sencillamente deplorable el casi analfabetismo de la sociedad en la  que vivimos y lo tontos que son. Muy muy mal.
Si es que son todos unos incultos, por egemplo cometen muchas faltas ortográficas. Sin ir mas lejos, el otro día lei en un diario que el 75 % de los espanoles ya no escriben a mano, aunque si que valoran mas cuando una persona se molesta en hacerlo. La verdad son todos unos incultos y no se si voy a estar empezando a creer el informa pisa que dice que no entendemos lo que lemos o que escribimos y nos espresamos mal. La RAe ya esta tomando medidas ante esto. ¿Con mano dura? noooooo. Al contrario: ahora se pueden decir palabras como (y estos datos son de verdad) "almóndigas" "cocretas", y "murciégalo". Guion ya no lleva tilde y tampoco las palabras monosi´labas.
Con este panoranama, no me sorprenderia que.......»

Acabásemos leyendo algo así en un plazo de medio siglo.

Si has soportado y leído hasta aquí, felicidades. Eres un auténtico portento, o un ignorante que cree que eso de arriba es normal. Tanto creas que eres el mejor escritor o tanto te sientas identificado con el texto, escucha lo siguiente:

Educa a tus hijos. Hazles leer. Hazles escribir (a mano). Y no te olvides de leer, sí, tú, adulto. Tu cerebro corre el riesgo de atrofiarse sin remedio. De hecho, deberías estar leyendo un blog con contenidos más inteligentes y no esto, regentado por un chaval de la generación de la decadencia lingüística. No dejes que la lengua de Cervantes muera de dejadez. Por un mundo mejor.

Atte., 
La RÄehH.

8/2/15

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Al mal tiempo...

El patio de mi casa es particular y cuando llueve se moja como los demás. Faltaba más. Rima.Torrelavega no es precisamente un entorno climático privilegiado. De hecho, es la típica ciudad en la que te pasas todo el año esperando al verano, y cuando te quieres dar cuanto, el verano ya ha pasado y fue aquél día en el que no llovió y hubo 30 grados. Por tanto, todo torrelaveguense está preparado de forma especial para soportar el mal tiempo y poner, más que nunca, buena cara. Pero llegados al punto en el que ha llovido y tronado durante una semana entera, con cortes de luz, teléfono, emisoras caídas y canales televisivos cortados, llegando a nevar (un evento no visto aquí en el plazo de una década) las expectativas decaen y entramos en la primera fase del típico duelo: negación.



Cualquiera que esté en la calle durante estos días puede comprobar como cada tres segundos una cabeza aleatoria sale por una ventana (tranquilo, pegada a un cuello) para mirar al cielo con esperanza que más tarde se transforma en pesadumbre, para volver a entrar un rato en el calefaccionado hogar. Esto da pie a la ira.

"¿Por qué demonios tengo que vivir en este maldito valle acaparador de nubes y chubascos? ¿Por qué el universo se alía contra esta ciudad para crear un microclima que no deja entrar al verano? Y es más, ¿por qué tenemos que estar tan lejos del verano? ¡Febrero!"

Todo buen empleado del Mc´Donalds licenciado en psicología sabrá cuál es la siguiente fase, pero en esta villa no se siguen las leyes. Aquí no hay negociación más allá del nivel de los grandes directivos de nuestra fábrica ensombrecida por la corrupción. Así que nos pasamos los meses deprimidos, intentando aceptar nuestra suerte.

Pero yo soy, y lo digo modestamente, todo un visionario, y pienso: ¿acaso no es buena señal que haga malo? Al fin y al cabo, el mal tiempo precede al bueno, y es síntoma de que la cosa no puede ir peor. A partir de aquí todo es mejora y esto se confirma estos días en Torrelavega; solo está lloviendo.
Y es que cuando hace malo algo dentro de nosotros debería recordarnos que va a hacer bueno, y cuando hace bueno... ¡Bueno, ya lo hace!

Que cada uno saque la lectura que prefiera.