días

27/3/19

0

Mis menos sinceras disculpas

Resultado de imagen de lopez obrador

Este lunes, nos sorprendíamos por una noticia de la mano del presidente mexicano, López Obrador. Con la zona arqueológica de Comalcalco al fondo, y tras reflexionar sobre las atrocidades cometidas en la conquista de esa zona a manos de los españoles, anunció que había pedido a Felipe VI una disculpa pública por la invasión del actual México.
Como podréis imaginar, la declaración cayó como una bomba en el campo de batalla de la política española. Cada partido se ha pronunciado a su manera, tratando, cómo no, de obtener rédito. Pero yo, que no busco más rédito que la satisfacción de opinar, voy a manifestar mi parecer sobre esto.

Al principio me pareció descabellado. Una tontería, de hecho. ¡Yo no fui, hace siglos de aquello! Si pidiera perdón por ello, Obrador debería también disculparse por los mariachis, ¿no? Así mismo, Francia debería pedir perdón a España por Napoleón, e Italia a Francia por Julio César. Nada de esto es necesario.

Pero de pronto empecé a ver que algo fallaba en mi razonamiento. Más bien, que algo debía fallar. Pues estaba alineado con Carlos Herrera, Pérez-Reverte y demás malas personas que solo quieren que el mundo arda y todo sea caos y destrucción. Yo debía alinearme con las buenas personas, las que alabaron la propuesta de Obrador.
Así pues, traté de comprender qué oscura lógica legitimaba responsabilizarnos de tal matanza histórica, aún con 500 años de antigüedad. Pronto comprendí que sólo hay que seguir cuatro sencillos pasos:
  1. Encuentra un grupo de personas que han hecho algo por lo que deberían haberse disculpado.
  2. Busca un adjetivo que tengan en común todas esas personas.
  3. Busca un grupo ajeno a esas personas que comparta ese adjetivo.
  4. Reclámales disculpas a ellos.
Veamos el ejemplo mexicano aplicado:
  1. Españoles, del siglo XV, conquistadores.
  2. Nos quedamos con el adjetivo "españoles".
  3. Españoles, del siglo XXI, no conquistadores.
  4. Les reclamamos disculpas.
¡Brillante! Sólo hay un problema: ahora que comprendo a Obrador, y siendo consciente de todos los adjetivos que me definen, no puedo dejar de disculparme por todo lo que me concierne. Si tiene sentido reclamarme responsabilidades de una persona por compartir un adjetivo con ella, indistintamente del resto de características, época y contexto:

Como español, pido perdón por la conquista de América.
Como joven, pido perdón por las Juventudes Hitlerianas.
Como músico, pido perdón por el reguetón.

Pero, sobre todo, como votante, pido perdón por López Obrador.

No hay comentarios: