días

13/6/13

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Vuelta a casa diferente

La felicidad me brota de los poros. Hoy ha sido el día en el que los exámenes globales de 2º de la ESO se terminaron. Y, como todos los días, bajé andando a casa, respirando el aire nuevo que me rodea, dejándome abrazar por la sensación de la libertad.
Las vacaciones no han empezado y aún hay que ir a clase, pero el esfuerzo a realizar es mínimo ahora. Ahora mi única preocupación es huir y llegar sano y salvo al hogar, donde miles de objetos (libros, hojas y lápices, ordenador) me esperan para que use mi tiempo libre. Bajo la fina lluvia que me acaricia la cara, extiendo el brazo, ya llegando a casa, y disfruto de las texturas que siente mi mano: gotelé, cristal, rejas, pared lisa, y aire. Ya estoy en el antepenúltimo paso de cebra, temiendo que un coche inoportuno me robe mis cercanas vacaciones. Pero no. De repente, estaba frente al portal 10-A. Y hubo algo que me dieron ganas de gritar cuando miré a la calle antes de entrar, pero que por sentido común no grité (además había un señor por ahí que me ponía nervioso):
¡LIBREEEEE!

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