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16/3/14

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Cuerda vs viento

El piano, autoproclamado instrumento rey, dueño y señor de las posibilidades armónicas, los registros, intervalos, graves y agudas. Capaz de mantener una nota durante largos instantes, sin renunciar a la calidad auditiva que la caracteriza.
Firme, solemne y versátil.
Por todo ello, el piano saldría ganando en popularidad. Y por todo ello mas lo anterior, a veces este instrumento tiene el honor de dirigir manadas de instrumentos, ajustándolos a su parecer (y a su compás).
¿No es asombroso?

El piano conoce su poder, y los sombreros que levanta en sus solos. Y, como un rey medieval, decide casar a sus 88 hijas (sus cuerdas percutidas) con un apellido de renombre, para amasar un mayor éxito.
Así es como piano, violines, violas y chelos se alían entre sí y tocan de forma recíproca. Forman una gran empresa que lleva la voz cantante en las obras orquestales.
Pero, mientras las cuerdas disfrutan de su éxito, hay matices, sonidos, voces pertenecientes a otros instrumentos, enterradas, apartadas por su casta que es, sin embargo, la más hermosa: el viento.

Y dentro del viento, las flautas, que suelen ser dos o tres y bastante hacen por sonar a pesar de su desventaja en número. Las flautas traveseras merecen mucho más, incluso más que el piano, y yo voy a explicarte por qué:

La flauta es libre y ágil. Es inteligente y utiliza el aire como materia prima para crear del viento sonido, cual silbidos refinados del viento entre las hojas de un árbol.
Flauta y flautista se complementan, haciéndose uno necesario para el sonido del otro.
"yo pongo el diafragma y tú el tubo"

Así que, orquestas del mundo, sabed que estáis desperdiciando un talento más, un sonido delicado pero potente, y sibilino, vibrante, con color, casi humana. ¿Para cuando una formación de flautas en el concierto de año nuevo?

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