días

2/4/15

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¡No te piques!


Ah, el verano... Dulces y cálidos meses del año que extrañamos en otoño y deseamos en primavera. Y es que con Sol (y vitamina C) se crean momentos felices y emocionantes planes. Tanto es así que se han debido de inventar unas vacaciones solo para disfrutar de los rayos del astro rey, de las rabas en la terraza, del canto de un jilguero en una rama en flor.

Y de pronto... ñiaunnn... un molesto silbido se sitúa cerca de tus oídos, en crescendo y diminuendo, revolviendo el aire a tu alrededor. Pero tú, orgulloso humano, estás tumbado en una hamaca adormecido, casi en trance gracias a la generosa climatología de esa jornada. Y claro, no vas a dejar que algo como eso te fastidie el día, ¿verdad?
Pues tu pasividad te acaba de jugar una mala pasada. Un mosquito acaba de picarte en el brazo. O una avispa, una abeja, abejorro, libélula... Y es que la época estival no solo está pensada para nosotros. Insectos son la cara oscura de Junio, Julio, Agosto y Septiembre. De repente, estás condenado a pasar el mes rascándote un grano enrojecido.




Como sabéis, yo soy una persona abundante en manías, y sí, tengo mi propia rutina para dormir tranquilo en los meses de verano sabiendo que ningún bicho alado interrumpirá mi fase REM.
Esto es lo que he llegado a hacer.



  • 22:00-Estoy en mi cuarto.
  • 22:05-Apago las luces y voy a por el insecticida.
  • 22:06-Rocío el matamoscas y enciendo un aparato de ultrasonidos que ahuyenta mosquitos. Espero un rato, con la luz siempre apagada.
  • 22:08-Abro la ventana, que si bien es una puerta abierta para los mosquitos callejeros, es necesario para no morir en una habitación convertida en sauna. Enciendo la luz de la cocina y abro su puerta de par en par para que los mosquitos, atraídos por la luz, entren. Abro también la puerta de mi habitación para darles vía libre.
  • 22:09-Me voy al salón a ver la tele y espero a que todo el proceso surta efecto.
  • 22:25-Me voy a dormir. Salgo del salón, cierro su puerta, apago la luz de la cocina y cierro rápidamente su entrada, así como todas las demás puertas de la casa (así los mosquitos se quedarán dentro).
  • 22:30-Entro en mi habitación a oscuras y, a tientas, cierro la ventana (ya se ha refrescado suficiente). Cierro completamente la puerta y me quedo dentro. Enciendo la luz.
  • 22:31-Bajo la persiana. Vuelvo a rociar insecticida, esta vez sobre la cama, y me cuelgo del cuello el emisor de ultrasonidos. Reviso durante un rato que no haya mosquitos, agudizando oído y vista. Si encuentro alguno intentaré matarlo. Si no lo consigo me vería obligado a repetir todos los pasos.
  • 22:36-Reviso que la cama esté bien hecha y los bordes bien metidos. Esto será imprescindible para construir un refugio hermético contra posibles insectos (porque nunca se sabe).
  • 22:40-Apago la luz y me meto bajo las sábanas, dejando que entre un soplo de ire cada cierto minutos.
Y duermo. ¿Hasta qué punto merece la pena evitar una picadura a cambio de toda esta odisea? ¿Sois vosotros maniáticos? Os animo a comentar esta entrada, sois libres.

3 comentarios:

  1. Lo colgaste!! :D
    PD.: Soy Sara P. :)

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    Respuestas
    1. Es un poquito maníaco, pero no está mal. Se nota que ha sido cuidadosamente planeado. :D

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