El otro día, por la tarde, "estudiando", advertí un ruido extraño. Provenía de la calculadora. Acerqué mi oído y pude oír una auténtica verbena ahí dentro. Entonces miré y... ¡Cómo se lo pasan ahí dentro!
Un consejo: vigilad vuestras calculadoras y no olvidéis resetearlas los Lunes por la mañana.
Gracias, gracias a esos momentos de inspiración mientras estudio matemáticas.
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