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7/11/13

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3ºB

ATENCIÓN: En esta entrada generalizo. Si eres quien eres, no te lo tomes mal.

Soy consciente de que hay más personas mirando esto de las que creo, y, que parte son profesorado mío. Asumo todos los riesgos y escribo.

Hoy nos daban la preevaluación, un papel que anticipa tu futura relación con las asignaturas. Quienes van mal tienen M; regular, R, y hay quien luce con orgullo un espacio en blanco.
Somos 27. Hay 99 mal. 99 caprichosos suspensos a cargo de 25 alumnos. Solo 2 hemos cumplido nuestra obligación, que es estudiar, estudiar a pesar de la clase, del ruido, del ambiente, los líos en los que algunos se meten. Durante los intercambios, bolitas de papel vuelan entre gritos de babuino (he visto babuinos más civilizados), sobrevolando cabezas cuando estas no son el blanco; canastas que en realidad son papeleras y auténticas guerras en un todos contra todos.
Y yo con mi lápiz, intentando hacer algo. ¡Hacer algo! ¿Qué voy a hacer en esta clase, si no es unirme al enemigo?
La práctica de usar chuletas goza de buena salud entre los malos estudiantes
Los vigías de la puerta, y quienes salen ilegalmente al estrecho pasillo, se "silencian" durante unos nanosegundos (benditos sean) al ver que viene el profesor. Quien pasa de todo va tranquilamente a su sitio, mientras que los más ansiosos por dar imagen de "yo no he sido" prácticamente vuelan al pupitre esquivando mochilas y sillas tiradas en el suelo.
Aproximadamente se ha colocado el 58% de la clase cuando llega el maestro y comienza la segunda parte. El sermón de 20 minutos sobre el comportamiento, los gritos que se oyen desde Primaria y demás quejas. Mirada seria y mosqueada pero dirigida al infinito, a nadie que sea de los culpables de esa pérdida de tiempo. Risas de fondo mientras el profesor habla, y más aún si se atreve a callar.
Cuando más o menos empieza la clase y quedan 30 minutos, es un momento perfecto para hacer (o, no mintamos, copiar) la tarea que te dio pereza el otro día, si es que te interesa tenerla hecha, claro. ¿Qué más da? No pasa nada.
Se pierden 10 segundos de cada minuto mandando callar. De echar a la gente no hablemos. Resultado...
(60 - 10 = 50. 50 x 30=1500. 1500/60=25). 25 minutos de materia.

Guardé la hoja en el cuaderno de matemáticas y me eché la mochila a los hombros, preguntándome quién tiene la culpa de esto.

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