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10/11/13

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Los síndromes más raros

No es bueno reírse de las enfermedades, pero algunas llaman tanta la atención que merecen ser recogidas en una entrada. Por ejemplo, esta.
  • Síndrome del acento extranjero: El afectado habla su idioma como lo haría alguien que no conoce el acento que debe emplear. Pronuncia como un extranjero su propia lengua materna. Puede tener problemas de identidad y sentirse mal en su comunidad.
  • Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas. Con este curioso mote se designa un fallo cerebral que altera la percepción visual: la víctima ve todos los objetos lejanos y pequeños. Ahora entenderás el nombre, ¿no?
  • Síndrome de Amok. Este es más serio. El paciente, en un momento de furia, coge un arma y ataca a todo el que ve, para luego tener amnesia y herirse a sí mismo. La ciencia no es la única que no le encuentra explicación.
  • Delirio del Doble. ¿Y si todos tus "conocidos", "amigos" y "familiares" fueran en realidad personas que te engañan, fingiendo serlo? Eso cree quien lo tiene, en los casos más simples, aunque pueden llegar a "doblar" su coche, casa o hámster...
  • Síndrome de Cotard. El sujeto se cree firmemente un muerto viviente, en descomposición. Puede oler su propio aroma a muerto, y, como tal, se cree inmortal. Os podéis imaginar...
  • Síndrome de Jerusalén. Se produce exclusivamente en esta misma ciudad. La sobredosis religiosa termina haciéndole creer al viajero toda la Biblia (¡lo conseguiste, Jesús, que listillo!). Entonces se pone, simplemente, a predicar al resto. La cura es salir del lugar. No voy a sacar conclusiones ateas de esto.
  • Síndrome de París. Otra ciudad para cerrar antes de que enloquezca al mundo, aunque esta solo afecta a japoneses: sus expectativas son demasiado altas. Idealizan la ciudad, la imaginan perfecta, idílica, con su torrecita... Sin embargo, el tráfico intenso y el estrés de cualquier otra ciudad europea no se lo esperaban... Así, entran en un estado de shock. Esto es tan cierto que la embajada japonesa les atiende en este caso, y deben volver a su país.
  • Síndrome de la mano ajena. Los pacientes son dos: el ser humano y su mano (¿se quedará simplemente en "ser hu"?), que va a su bola: se mueve sin que quiera el sujeto, desabrocha botones e intenta estrangular cuellos y coger cuchillos. Y no para guardarlos en el cajón.
  • Síndrome de Pica. Lo padecen los más hambrientos: niños y embarazadas. Tienden a comer cosas no comestibles (tizas, moho, suciedad, bichos, ceniza de cigarro y demás asquerosidades).
  • Síndrome de Florencia. Ahora es Florencia la ciudad que, con su excesiva belleza repartida en todo el lugar, puede acelerar el ritmo cardíaco, provocar mareos, zumbidos, temblores ¡e incluso alucinaciones! Es el propósito del arte llevado a otro nivel.
¿Qué opinas de todo esto?

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